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El tribunal que absolvió a Villapalos estima que éste actuó 'de buena fe'

La fiscalía de Madrid recurrirá la sentencia ante el Tribunal Supremo

La fiscalía de Madrid está estudiando la sentencia, que ocupa 140 folios, para recurrirla ante el Tribunal Supremo, pues entiende que en ella existe un error en la valoración de la prueba. En el recurso, la fiscalía hará hincapié, además, en que el ponente de la sentencia debió abstenerse de intervenir en el juicio porque actuó como instructor de parte de la causa. Villapalos expresó ayer su satisfacción por la sentencia y destacó que en ésta se dedican 60 folios a argumentar por qué la sala no debió abstenerse.

La sentencia de la Sala de lo Penal y Civil del Tribunal Superior de Madrid, que preside Javier María Casas, absuelve también de los delitos de malversación y prevaricación al ex gerente general de la Complutense Jesús Calvo Soria. El ex rector y Calvo fueron juzgados en la Sala de lo Penal del Tribunal Superior por la condición de aforado de Villapalos, actual consejero de Educación y Cultura.

En la sentencia, ponencia del magistrado Antonio Pedreira, los jueces creen que no existió ningún ilícito penal ni administrativo en la conducta del ex rector, ya que ni Villapalos ni Calvo utilizaron esos 30 millones para incrementar sus patrimonios. Según la sentencia, la Complutense sancionó a Garrido como autor de dos faltas leves, decisión ésta que el profesor recurrió ante la sala de lo contencioso del Tribunal Superior. Los magistrados le dieron la razón, anularon la sanción y ordenaron indemnizar el perjuicio causado.

Daños y perjuicios

Los jueces afirman que Garrido, que ya se había jubilado cuando se dictó esa sentencia, se puso en contacto con Villapalos por iniciativa del cuñado del catedrático, el abogado Antonio García Trevijano, que conocía al ex rector, 'con el fin de alcanzar una transacción extrajudicial en lo relativo a la indemnización de los daños y perjuicios', informa Efe. Garrido 'consideraba' que debía ser indemnizado y compensado como consecuencia de la forma en la que concluyó su expediente disciplinario. Según la sentencia, el rectorado aceptó alcanzar una solución extrajudicial al caso y, en principio, acordó pactar una transacción en la que se contemplaba abonar a Garrido una indemnización de 50 millones de pesetas, dinero que finalmente quedó reducido a 30 millones, al considerar Villapalos 'desproporcionada y excesiva' la primera cantidad.

No obstante, 'no se puso como condición para el abono de la indemnización que Garrido desistiera de una querella que tenía presentada contra Villapalos'. Los jueces aclaran que, aunque el ex rector tenía facultades para acordar el pago de esa indemnización, elevó el asunto al conocimiento de la comisión permanente y de la junta de gobierno de la universidad. Una vez que se acordó el pago, Garrido acudió con su cuñado al rectorado, donde fueron recibidos por Calvo, quien les hizo entrega de sendos talones de 15 millones de pesetas, extendidos de forma nominativa a favor del profesor y de su cuñado. Los jueces señalan que los dos acusados actuaron 'de buena fe' a requerimiento de García Trevijano, convencidos de la conveniencia de reparar los daños infligidos al querellante.

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