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La Fira prevé invertir 70.000 millones, pero el nuevo polígono de Pedrosa sigue atascado

El consejo general de Fira de Barcelona -en el que están representados la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y la Cámara de Comercio- ratificó ayer la expansión en Pedrosa y la reforma del recinto tradicional de Montjuïc. El consorcio invertirá en Pedrosa 25.000 millones de pesetas antes de 2005 y otros 30.000 millones antes de 2010. En total, y sumando a estas cantidades lo que ya había sido invertido en Pedrosa, la expansión de la Fira de Barcelona movilizará unos 70.000 millones de pesetas.

De esta cifra, 12.000 corresponden al capital de la sociedad la Fira 2000, encargada de Pedrosa, mientras que el resto se financiará por medio de créditos bancarios o emsiones en los mercados financieros. El cash flow de Fira de Barcelona -1.200 millones sobre unos ingresos brutos de 9.000 milones de pesetas- permitirá afrontar esta apelación a los mercados de capitales en los que Fira tiene un imagen inmejorable', según el alcalde y presidente del consejo general de la Fira, Joan Clos.

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El consejero de Industria de la Generalitat, Antoni Subirà, y el alcalde de Barcelona, Joan Clos, respaldaron ayer el plan estratégico del consorcio. Subirà entró en el consenso ferial el mismo día en que la fundación nacionalista Catalunya Oberta denunciaba la inutilidad del polígono Pedrosa y proponía trasladar la expansión a la Zona Franca.

Pese al optimismo de los políticos a la hora de ratificar la expansión de la Fira -organismo cuyo consejo de admnistración preside Jaume Tomàs- con nuevas aportaciones en términos de inversión, lo cierto es que Pedrosa avanza muy lentamente. La fachada del polígono en la Gran Via está taponada desde el cruce con el paseo de la Zona Franca por un moderno edificio del Banco Vitalicio, el solar sobre el que está construyéndose un Pryca, una sociedad de transportes y la empresa Teleneumatic, cubierta por un techo de zinc y protegida por montones de ruedas recauchutadas que de momento impiden ver los nuevos pabellones de la Fira en Pedrosa.

El doble lenguaje de los nacionalistas respecto a la Fira rozó ayer el paroxismo. Mientras Antoni Subirà comparecía, junto con el alcalde Clos, en el pabellón Mies van der Rohe de Montjuïc para anunciar su compromiso con el plan estratégico de la Fira de Barcelona, la fundación Catalunya Oberta proclamaba el fracaso de Pedrosa, el polígono de la Gran Via Sur perteneciente al municipio de L'Hospitalet de Llobregat.

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En un documento titulado La Fira, motor de l'economia, Catalunya Oberta esboza el anhelo ferial de los catalanes combinando antecedentes costumbristas, como el Mercat del Ram de Vic, y citas históricas obligadas, como la Exposición Universal del 29. El documento, inspirado por los ex consejeros de la Generalitat Francesc Sanuy y Joan Guitart, considera que Pedrosa es inviable y pide que se cree un tercer espacio de expansión en los solares que ocupó la antigua factoría de Seat en la Zona Franca.

Sanuy y Guitart no han hecho más que rascar la vieja herida para provocar una nueva hemorragia. Sanuy conoce la Fira de Barcelona y tiene información privilegiada de su gran competidora, la Ifema de Madrid, entidad a la que el ex consejero de Comercio de Jordi Pujol estuvo vinculado como profesional durante la etapa fundacional.

La aportación de Catalunya Oberta, que no mereció ninguna réplica de Clos, fue rechazada de plano por el delegado especial del Gobierno en la Zona Franca, Enrique Lacalle.

Ajenos a este nuevo frente, el consejero de Política Territorial, Pere Macias, y el alcalde de L'Hospitalet de Llobregat, Celestino Corbacho, firmaron ayer un convenio de colaboración que prevé la creación de un consorcio que estudiará la transformación de la Gran Via para integrarla en el entorno urbano de L'Hospitalet. El valor estimado de la obra pública asciende a unos 10.000 millones de pesetas y, según las previsiones, las obras estarán acabadas antes de 2005, informa Dulce Valero. El objetivo del proyecto de este consorcio será la depresión del tramo entre la plaza de Cerdà y la calle de Amadeu Torner, que costará unos 6.000 millones. El consorcio redactará y tramitará los proyectos durante este año y establecerá los criterios de financiación.

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