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Reportaje:

Los senderos de Rouco

El economista Velarde Fuertes evoca la etapa alemana del cardenal arzobispo de Madrid

Los miembros de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas vivieron el martes una velada de 'gozo', en palabras del académico y economista Juan Velarde Fuertes, durante el discurso de recepción del cardenal Antonio María Rouco, nacido en Villalba (Lugo) en 1936. El arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) tituló su disertación Los fundamentos de los derechos humanos. Una cuestión urgente. Por su parte, Juan Velarde, en un meticuloso discurso de contestación, aportó, junto a una brillante interpretación de la andadura intelectual del cardenal, datos preciosos para conocer una etapa hasta ahora desconocida del famoso prelado: su prolongada estancia -universitaria y pastoral- en la Alemania de la posguerra. La Academia ha editado un libro de 100 páginas con ambos discursos y sus abundantes notas a pie de página.

Antes eran los arzobispos primados, con sede en Toledo, los que tenían asegurado un sillón en la Academia de Ciencias Morales -los cardenales Cirilo de Alameda y Brea o Victoriano Guisasola y Menéndez, en el siglo XIX y principios del XX; Isidro Gomá y Tomás y Enrique Pla y Deniel, durante el primer tramo de la dictadura franquista, a la que sirvieron con entusiasmo, y más tarde, el también cardenal Marcelo González Martín, que ingresó en 1972-, de modo que el cardenal de Madrid rompe la tradición, escenificando así la pérdida de peso de la primatura de Toledo y el gran prestigio que en estos años ha adquirido la presidencia de la Conferencia Episcopal, que Rouco ostenta desde hace dos años con eficacia.

Pero Rouco llega a la Academia por méritos intelectuales propios, que Velarde Fuertes documentó el martes ante sus compañeros. Seminarista en el Diocesano de Mondoñedo (1946 a 1954) y licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca (1954 a 1958), Rouco recibe la ordenación sacerdotal en la catedral vieja de Salamanca el 28 de marzo de 1959, dos meses después de que el papa Juan XXIII anunciase la convocatoria del Concilio Vaticano II. Poco después, el futuro cardenal fue escogido para estudiar Derecho y Teología en la Universidad de Múnich (Alemania).

El cardenal se albergó en Múnich en el Colegio Español, del que era director José María Javierre, también cardenal ahora, pero en la Curia romana. La etapa alemana de Rouco se prolongó hasta el 25 de julio de 1964, fecha en la que se doctoró en Derecho Canónico con una tesis escrita en alemán con el título Staat und Kerche im Spanien des XVI Jahrhundests (Estado e Iglesia en la España del siglo XVI). En esa fecha recibe el doctorado por la misma universidad bávara el también académico y teólogo Olegario González de Cardedal.

Para hacerse idea de la importancia que Múnich tenía entonces para los estudios de Teología basta señalar que entre los profesores se encontraban Romano Guardini y el canonista Klaus Mörsdorf -éste fue quien dirigió la tesis a Rouco- y eclesiásticos como el polaco Karol Wojtyla, futuro Papa.

En el Colegio Español de Múnich, el cardenal de Madrid coincidió con los músicos Frübeck de Burgos y Odón Alonso, el historiador del arte Alfonso Sánchez y el gramático y futuro rector de la Universida de Barcelona Antonio Badía Margarit.

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