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Hallados en Galicia otros dos cadáveres del autobús que cayó al Duero en Portugal

Sampaio fue especialmente claro en el asunto de las resposabilidades, que deben ser asumidas 'sin transferencias ni disculpas' para enfrentar los problemas del país y desgranó algunos de los desafíos aún pendientes, con evidentes alusiones al trágico hundimiento del puente sobre el río Duero. El presidente afirmó, por ejemplo, que es necesario intensificar las reformas estructurales para mejorar 'la eficacia de los servicios públicos, la salud o la justicia'; resolver 'las asimetrías regionales y las dificultades del mundo rural en modernizarse' o asegurar el 'rigor y la transparencia' de la Administración para recuperar la confianza de los ciudadanos en el Estado.

'De hecho', afirmó, 'es frecuente registrar situaciones en que el Estado falló por inoperancia o por falta de medios aptos (...) El país no puede prescindir de los dispositivos de fiscalización y control de los ecosistemas y las intervenciones que son realizadas por las obras públicas y la implantación de equipamientos sociales'. A su juicio, los ciudadanos tienen 'probablemente la convicción de que el poder político está lejos de sus problemas y es poco eficaz en las soluciones' para lo que reclamó 'un Estado responsable y responsabilizado'. Por esos motivos, dijo, 'no podemos quedar sordos ante las críticas, cuando son justas, ni inertes antes las exigencias cuando son legítimas. Peor que una respuesta, incluso incompleta, es la indiferencia o el dejar andar'.

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Las críticas de Sampaio y algunas informaciones publicadas ayer en la prensa portuguesa sobre una posible dimisión del primer ministro, António Guterres, provocaron un desmentido inmediato por parte de sus asesores de prensa. Por su parte, el primer ministro zanjó la cuestión al explicar que el Gobierno ya había asumido sus responsabilidades políticas con 'la inmediata e irrevocable dimisión' del titular de Obras Públicas, Jorge Coelho, a las 3,40 horas de la madrugada del lunes, tan sólo seis horas después del accidente.

Guterres expresó su 'profunda gratitud a todos los que están colaborando en las tareas de rescate', especialmente 'a España y al presidente José María Aznar que están demostrando una cooperación ejemplar'.

Por otro lado, el Gobierno está intentando por todos los medios aliviar el sufrimiento de las familias ante la dramática situación que supone la localización a cuentagotas y a cientos de kilómetros del lugar de las víctimas.

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El asesor del primer ministro, David Damiao, informó a este periódico que el Gobierno está haciendo 'todo lo humanamente posible para el rescate de los cuerpos en el menor tiempo posible y con todos los medios nacionales e internacionales, entre ellos la excelente colaboración española, submarinistas franceses o especialistas noruegos, aunque ya está demostrado que, en estas condiciones, no hay medios más eficaces para la localización de los vehículos'. Asimismo y con el objetivo de calmar la impaciencia y la angustia de los familiares, la Marina portuguesa les propuso que participen en las operaciones de rastreo del río, una invitación que fue rechazada en un principio.

Desaparición definitiva

Varios psicólogos han alertado de la necesaria mentalización de estas familias para lo peor: la desaparición definitiva de muchos cadáveres. 'Cuando los cuerpos no aparecen', dicen, 'las familias siempre albergan una última esperanza y eso extiende el sufrimiento'. Los servicios médicos han atendido en los últimos días a varios afectados por insomnio, colapsos, desmayos y varias crisis emocionales y de ansiedad.

El padre del joven conductor del autobús y también chófer de la compañía de transportes, Alfredo Moreira, asegura que soñó que el accidente le ocurría a él, que había pasado minutos antes por el puente. António Ferreira, de 37 años y obrero de la construcción, perdió nueve familiares: sus padres, dos hermanos, dos cuñados y tres sobrinos. Pasaba todos los días por allí y siempre tuvo un mal presagio: 'Aquello no es agua, es el diablo que allí anda'.

El padre Joaquím Cunha, quien celebró el funeral de la primera víctima, es un fiel reflejo de la tragedia: 'Esta espera, esta ansiedad, este idas y venidas... y nada ocurre. Esta espera, esta ansiedad... mata. No sé si debería decir esto, pero estoy convencido de que la mayor parte de las víctimas está ya sepultada'.

Los dos primeros cuerpos procedentes de Galicia llegaron en la tarde de ayer a la comarca de Castelo de Paiva y serán sepultados hoy en una ceremonia que los familiares pretenden compartir sólo con los amigos y vecinos, pero sin la presencia de los medios de comunicación. El resto de los cadáveres serán trasladados a Portugal seguramente hoy, una vez que sean ultimados los trámites oficiales para su repatriación.

Corcubión (A Coruña
Corcubión (A CoruñaLALO R. VILLAR

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