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El nuevo Gobierno de Filipinas congela una cuenta de Estrada y le prohíbe salir del país

Ramón Lobo

El ministro de Justicia, Hernando Pérez, justificó el bloqueo del dinero de Estrada; de su esposa, Luisa Ejército; y de su hijo mayor, Jingoyy, ante la firme sospecha de que se ha cometido un delito de evasión de impuestos. 'Parece que van a por él', declaró ayer un periodista local al conocer la noticia. En los diarios y canales de televisión filipinos proliferan los debates adivinatorios sobre las intenciones últimas del Gobierno de Macapagal Arroyo.

Casi todos los contertulios son de la opinión de que se intenta transformar este caso de supuesta rapiña del dinero público en un escarmiento ejemplar. 'Después de lo ocurrido con Marcos pensamos que habíamos visto todo y tocado suelo', aseguró ayer un alto cargo de la Administración filipina, 'pero Estrada nos ha demostrado que estábamos equivocados; Marcos robó mucho, pero en 20 años de estancia en el poder; Estrada lo ha conseguido en sólo dos años y medio, y de la manera más burda'.

No todas las opiniones son iguales. De hecho, el ministro de Defensa, Orlando Mercado (nombrado por Estrada y confirmado el lunes por Arroyo), tuvo que salir ayer a la palestra para desmentir los rumores de un supuesto golpe de Estado. 'No podemos creer lo que hemos estado oyendo. Disponemos de unas Fuerzas Armadas responsables, aunque el servicio de contraespionaje debe comprobar todo. Tengo las garantías suficientes para decir que no existe ese peligro de momento', aseguró Mercado. Las últimas dos palabras de su frase, ese 'de momento', y el hecho de que su ministerio pusiera en alerta preventiva a una unidad de élite de 5.500 hombres en la base de Campo Aguinaldo no resultan tranquilizadoras. El bulo partió de un militar retirado, Jaime Lucas, quien ofreció un selecto ramillete de supuestos cabecillas: el ex jefe de la policía (destituido con discreción unas horas antes) Pánfilo Luxo; el ex coronel y senador Gregorio Honasán, golpista contumaz en el pasado, y parte de la oficialidad surgida en la promoción de 1973 (pro Marcos). El jefe del Gabinete (primer ministro), el ex general Renato Villa, calificó los supuestos ruidos de sables de 'gran actividad psicológica' relacionada con los problemas de Estrada.

Ese tamtán humano que tan bien funciona en los países depauperados hizo revivir a los protagonistas del people power II los angustiosos primeros años de Cory Aquino en la presidencia de la República, cuando no menos de siete intentos de golpe de Estado acogotaron el despegue de su política de cambio y espantaron a los inversores extranjeros.

Los analistas políticos descartan la posibilidad de una asonada militar tan a corto plazo, pues el Ejército parece unido detrás de Macapagal Arroyo, presidenta desde el mediodía del sábado.

Son más bien los senadores y diputados pro Estrada, que han perdido en peso y arriesgan su reelección en mayo, los que tratan de agitar la cuestión de la legitimidad presidencial blandiendo toda suerte de disposiciones vigentes y olvidadas. Ayer, uno de los diarios filipinos de más circulación clausuraba la polémica con una fina ironía: 'Los milagros no tienen leyes'.

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Problemas legales

Toda esta bullanga tiene mucho más que ver con los problemas legales de Estrada y sus acólitos que con la realidad del país, al menos de momento, como sostiene el ministro Mercado. La sucursal del Citibank en San Juan en la que la cuenta corriente de Estrada fue bloqueada vivió ayer una escena inaudita. Cientos de personas, vecinos de un barrio colmado de simpatizantes del ex presidente, se arracimaron en la calle para evitar por la fuerza que Estrada o cualquiera de los suyos retirara un peso del dinero. Los matutinos se habían desayunado con especulaciones alarmistas de que en ese día se iba a producir una retirada de fondos por valor de tres millones de pesos.

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