Programa para integrar a los enfermos de esquizofrenia
La Asociación Mundial de Psiquiatría (OMP)ha puesto en marcha en las 17 comunidades autónomas españolas un programa institucional, denominado La esquizofrenia abre las puertas, que aspira a erradicar el estigma, la discriminación social y los prejuicios a los que están sometidos quienes sufren esta enfermedad, que en España representa el 29,2% de todos los trastornos mentales que se diagnostican.
El programa, dado a conocer por el presidente de la OMP, Juan José López Ibor, el pasado mes de julio en el marco de la Universidad de Verano Vida Humana y Sociedad, en Segovia, viene precedido de experiencias piloto en Calgary (Canadá), en 1997, y en Innsbruck (Austria) y en la Comunidad de Madrid, en 1998. La campaña se dirige tanto a los profesionales sanitarios como a las asociaciones de familiares y de enfermos y a la sociedad. Su objetivo es dar a conocer que la mayor parte de las personas con esquizofrenia puede trabajar, aunque ahora sólo lo hace el 20%; que la actividad laboral contribuye a la recuperación del enfermo, y que los pacientes pueden casarse, mantener relaciones sexuales y tener hijos.
Para ello es necesario que la enfermedad esté bien tratada. Al respecto, López Ibor dijo que existen nuevos medicamentos (antipsicóticos de segunda generación) que están ayudando a muchos enfermos a mejorar su calidad de vida y a reintegrarse en la sociedad, pero sólo el 15% de los pacientes los recibe en condiciones consideradas óptimas. El psiquiatra recordó además que un diagnóstico temprano aumenta considerablemente las probabilidades de recuperación.
A juicio de López Ibor, cuya organización cuenta con más de 160.000 psiquiatras en 199 países del mundo, el aislamiento del paciente es enormemente negativo para su recuperación. Los sentimientos de vergüenza y estigmatización que acompañan históricamente a la esquizofrenia entre quienes la padecen y sus familiares provoca que muchos enfermos no puedan ser diagnosticados en la fase inicial del trastorno.
Los expertos consideran que una de cada 100 personas presentará manifestaciones de este trastorno mental en algún momento de su vida. En España, la cifra estimada de afectados se acerca a los 400.000, el 50% de ellos menores de 35 años.
La experiencia piloto realizada en Madrid ha permitido concluir, según Dolores Crespo, psiquiatra del hospital Ramón y Cajal, que las personas más próximas a los enfermos son las que más discriminan y las más discriminadas. Más de la mitad de los pacientes se ha sentido rechazado y el 62% de los psiquiatras también ha sentido rechazo por los enfermos o familiares, que muchas veces consideran a la persona con esquizofrenia pasiva o vaga, con tendencia a aislarse, y eso hace que la perciban como una carga para ellos.
Los mismos estudios presentan otras conclusiones iniciales importantes. Por ejemplo, que la drogadicción por sí sola no causa la esquizofrenia, aunque los pacientes atribuyen su enfermedad a las drogas en el 18% de los casos. El 17% atribuye la enfermedad a problemas familiares, pero tampoco hay evidencias, según los psiquiatras, de que el entorno familiar o un mal cuidado de los padres origine esquizofrenia en los hijos.
López Ibor estuvo acompañado por Jesús de la Gándara, coordinador del programa en Castilla y León, y anunció que el programa de sensibilización sobre las características de la enfermedad y sus posibilidades de diagnóstico y tratamiento ya ha sido solicitado por varios países de Europa y América, además de India y Japón.
