Los numerosos paralelismos con Larra
Cervantes y Quevedo
Ángel Ganivet (1865-1898) y Mariano José de Larra (1809-1837) son dos escritores con abundantes paralelismos. Ambos se suicidaron jóvenes y ambos lucharon por la regeneración de un país que consideraban lastrado por numerosos males. El autor granadino recogió el espíritu del que es el mayor prosista español de la primera mitad del siglo XIX. El escritor Antonio Espina dejó constancia de este hecho en 1942 en el ensayo que dedicó a Ganivet. "[Larra y Ganivet] poseen un agudo sentido crítico y los rumbos de su vida interna y externamente marchan en la misma dirección, aunque sus temperamentos difieran. Son dos escritores malogrados, pues los dos mueren muy jóvenes. Larra a los 28 años, y Ganivet a los 33", escribe Espina. "Desde el año 1840 hasta fines del pasado siglo, apenas si se habla de Larra. Los críticos más empingorotados y suficientes pasan sobre él como sobre un literato vulgar, como si no hubiese sido más que un periodista brillante. Otros, ni eso", recuerda el autor madrileño.
Espina destaca cómo la obra de Larra empezó a valorarse en la época en que Ganivet desarrolló la suya. "La proximidad espiritual de Fígaro (Larra) no se advierte de una manera clara y distinta hasta los umbrales del siglo XX, precisamente la época en que cuaja entre corto público escogido la obra de Ganivet. Entonces la sombra del gran romántico -que fue romántico de una manera relativa y, sobre todo, con un acento muy especial- se proyecta sobre la sensibilidad de toda una generación literaria que descubre en Larra la figura del pensador, del reflexivo que supo ahondar en la vida española y en el alma del hombre con introscopia genial", afirma Espina.
Los puntos en común entre Larra y Ganivet son numerosos. "Larra, que fue poeta, y grande, no se dio en las músicas sensuales de la rima, sino en la emoción del verbo y en las tintas del estilo. En esto también se parece a Ganivet", escribe Espina. "Otro punto del paralelismo entre los dos escritores que comentamos es el del dramatismo de sus vidas. Y otro punto aún es el del entronque de ambas figuras en el origen común de su genealogía literaria", comenta Espina."Porque de los dos núcleos literarios y nacionales a que, en último término puede referirse cualquier escritor verdaderamente español, el cervantesco y el quevedesco, tanto Larra como Ganivet pertenecen al segundo. Por la ideología, el más quevedesco de los dos resulta Ganivet. Por la forma y el humor satírico, Larra", concluye.
