_
_
_
_
_
Tribuna:La prolongación de la vida
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Las mareas crecientes

E l envejecimiento progresivo de la población es uno de los hechos sociales más destacados en las sociedades industriales avanzadas, en donde la cifra absoluta de personas mayores de 65 años aumenta de manera inexorable (en España, se calcula que habrá cerca de 7 millones de personas de más de 65 años en el 2006), con un incremento gradual de los grupos de mayor edad.La atención de personas mayores de 65 años origina el 50% del gasto de farmacia, más del 60% de las visitas de equipos de atención primaria, así como el 44% de las estancias hospitalarias. Entre el 3% y el 5% están ingresados en una residencia.Los avances en tratamiento y soporte de las personas con enfermedades crónicas evolutivas (cáncer, sida, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedades degenerativas) han originado también un aumento muy importante de su supervivencia, prevalencia y calidad de vida. A pesar de los avances, cada año mueren en España más de 80.000 a causa del cáncer.Por otra parte, hay colectivos con necesidades muy similares, como los de enfermos mentales crónicos, o drogodependientes. Existen, por tanto, mareas crecientes de necesidades, de personas con enfermedades crónicas evolutivas no curables, con altas necesidades y gran demanda de atención.

Más información
Vidas más largas, sociedades más envejecidas

El desarrollo de nuestro sistema sanitario priorizó inicialmente la construcción de grandes hospitales, concebidos fundamentalmente para curar a personas con una sola enfermedad que se reintegraban luego a la sociedad productiva. Posteriormente, se ha desarrollado la atención primaria, con objetivos más globales y métodos más interdisciplinares. Entre ambos sistemas hay dificultades de coordinación, aún mayores en la relación con los recursos sociales y residenciales.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

En este sistema, personas con varias enfermedades crónicas evolutivas, o que no se curen, tienen muchas dificultades para ser atendidas apropiadamente. Así, para necesidades de carácter integral, la respuesta convencional es fragmentada, con visiones antagónicas que compiten entre sí, y es fácil la práctica del encarnizamiento terapéutico (persistencia de objetivos curativos en situaciones donde la curación no es posible) o del abandono (expresado por la frase tenebrosa "No hay nada más que hacer").

Pero en España ya existen referentes del desarrollo de experiencias de servicios sociosanitarios y de cuidados paliativos, basados en la identificación de necesidades distintas que requieren valores y organizaciones diferentes. Es imprescindible desarrollar un modelo de atención integral, que incluye la respuesta a las necesidades físicas, emocionales, sociales -con objetivos de mejora de calidad de vida-, en el que el enfermo y su familia o entorno son los protagonistas, con una concepción activa y rehabilitadora; un modelo de organización basado en equipos interdisciplinares (médicos, enfermeras, asistentes sociales, psicólogos, otros profesionales) capacitados para la atención geriátrica, los cuidados paliativos y la atención de enfermos avanzados. Y en los que las decisiones se tomen con respeto a los valores de enfermos, familias y miembros del equipo.

Es necesario, asimismo, el desarrollo de sistemas integrales de atención que actúen de manera integrada, flexible y permeable, con la adaptación de todos los recursos convencionales a la presencia creciente de enfermos geriátricos y crónicos evolutivos, con cambios de su organización, y formación de profesionales en geriatría, cuidados paliativos y aspectos tan nucleares como la comunicación, el trabajo en equipo y la ética clínica. Además, es necesario que se articulen los sistemas de financiación, debatiendo y resolviendo los dilemas actuales entre lo social y lo sanitario, aclarando la participación de usuarios, familias y administraciones y proponiendo fórmulas más flexibles de cooperación entre lo público y lo privado, así como de gestión integrada de los recursos públicos y legislaciones claras.

Las experiencias han demostrado eficacia en la promoción de autonomía y calidad de vida, eficiencia en el uso apropiado de recursos y satisfacción de usuarios y profesionales, además de proponer fórmulas avanzadas de gestión y organización y aportar visiones positivas a los grandes debates éticos sobre la prolongación de la vida.

Las medidas a tomar están claras y se trata de adoptarlas sin dilaciones. La existencia de programas sociosanitarios constituye un signo de madurez de los sistemas sanitarios, así como de su respeto por la dignidad de las personas. También, de su modernidad y adaptación a nuevas necesidades y, probablemente también, de su sostenibilidad económica a medio plazo.

Xavier Gómez-Batiste Alentorn es jefe de servicio de cuidados paliativos del Instituto Catalán de Oncología.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_