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La BBC renuncia a competir por el fútbol y anuncia "decisiones duras" Blair niega la financiación 'digital' pedida por la empresa pública

La BBC ha obtenido del Gobierno de Blair ingresos extras anuales de 200 millones de libras (unos 54.000 millones de pesetas), muy por debajo de los 700 millones de libras que la corporación pública pedía. Su nuevo director, Greg Dyke, un ejecutivo procedente de la televisión privada, dice que la BBC se verá obligada a "tomar decisiones duras" y considera al fútbol de élite fuera del alcance de la pública.

Una variante de la tercera vía de Blair se aplica en el plan laborista de financiación de la British Broadcasting Corporation (BBC). El Gobierno ha optado por un camino intermedio entre la creación de un "impuesto digital", que gravaría a los usuarios de servicios en el nuevo formato tecnológico, y la tendencia de las anteriores Administraciones conservadoras a limitar el incremento de las ayudas estatales por debajo de la tasa de inflación.Las cadenas comerciales hicieron frente común contra el proyecto de "impuesto digital", estimado en unas 125 libras por usuario al año, que la BBC aspiraba a conseguir para competir en el concurrido sector. Temeroso de retrasar la penetración del nuevo sistema -el 8% de los hogares ven televisión digital- y presionado por compañías como BSkyB, el Ejecutivo rechazó la propuesta de la empresa pública y optó, en cambio, por incrementar un 1,5% por encima de la tasa de inflación el canon que paga cada dueño de un televisor.

Lo aprobado equivale a una inyección anual de 200 millones de libras sobre los actuales ingresos estatales de 2.100 millones de libras para la BBC. Ésta obtiene otros 700 millones de libras al año por sus actividades comerciales (BBC WorldWide), hasta completar los 2.800 millones de libras (750.000 millones de pesetas) de ingresos anuales, según cifras de 1999. El marco financiero aprobado tiene vigencia hasta el año 2006.

Greg Dyke deberá ajustar su plan de acción que, desde su toma de posesión, el pasado 1 de febrero, se orienta al recorte de capas directivas, de los servicios externos de asesoría y a la revisión del mercado interno. El exceso de burocracia es un mal endémico en un ente que transmitió sus primeras imágenes en 1936. Pero el nuevo director general, formado en la televisión comercial, quiere frenar los excesos de su predecesor, John Birt, quien confió en la asesoría privada para reformar la BBC.

Dyke ha indicado ya que no competirá por los derechos del fútbol de élite británico, cuando el contrato, en manos ahora de BSkyB, expire el año próximo. "Un partido de la Premier League costará entre 4 y 5 millones de libras (más de 1.000 millones de pesetas); no creo que lo pueda justificar. Con ese dinero podemos hacer una serie dramática buenísima, una comedia innovadora... ¿merece la pena gastarlo en un encuentro de fútbol?", se pregunta.

La expansión digital será, además, supervisada por el Gobierno que, según señaló el ministro de Cultura, Chris Smith, no aprueba el lanzamiento de canales especializados en deportes o cine, que el sector privado cubre con éxito. Incluso el canal de noticias, News 24, que roba audiencia a Sky News desde su lanzamiento a finales de 1997, será revisado por el equipo ministerial.

Militancia y acciones

Greg Dyke, rodado en la televisión privada, llegó a la BBC precedido del resquemor levantado por su donaciones de 13 millones de pesetas al Partido Laborista. Renunció a su militancia, pero sumó una segunda polémica: tenía una cartera de acciones en compañías de televisión (Granada, Carlton, Pearson) de la que se desprendió sólo una semana antes de tomar posesión en la BBC. Con el consentimiento de la junta de gobernadores, Dyke esperaba presuntamente un momento de alza del mercado para vender unos valores que sugieren un conflicto de intereses. La fecha, finalmente, vino dictada por las críticas.

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