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EDUCACIÓN

El 'efecto Mozart'

Wolfgang Amadeus Mozart cumplió el jueves 244 años y está como nunca. Vende como el más moderno de los rockeros y en las tiendas de discos de Estados Unidos tiene reservada una sección especial bajo el cartel de Efecto Mozart o similar. En el area de música de la librería Borders de Wilmette, una zona residencial acomodada del norte de Chicago, el efecto Mozart se convierte en La Magia de Mozart, emparedada entre Magia Antigua (música antigua de fácil escucha) y Pon Música en tu Vida. Es obvio que el efecto Mozart no es para melómanos puros.Miles de norteamericanos se han lanzado hacia Mozart desde que en 1997 Don Campbell -un musicólogo de California que ha investigado durante años los efectos de la música en el cuerpo y en el espíritu, en una línea de trabajo heterodoxa y muy californiana que sus críticos motejan de "psicología pop"- publicara El efecto Mozart. El libro se subtitula Aprovechar el poder de la música para curar el cuerpo, reforzar la mente y desatar el espíritu creativo, el bla-bla-blá sobre el que se aupan sus censores. El autor mantiene, entre otras cosas, que la música del que fuera niño prodigio de Salzburgo afecta a las capacidades de aprendizaje de los infantes de menos de tres años, que viven una etapa de sus vidas en la que el rápido desarrollo necesita de toda clase de estímulos positivos.

Las teorías de Campbell, basadas en estudios realizados entre 1993 y 1995 en la Universidad de California en Irvine, se han convertido en la comidilla de todos los interesados en el desarrollo infantil. Las revistas de padres dedican regularmente páginas a este fenómeno y en las secciones de educación infantil de las librerías o en la librería virtual Amazon hay varios títulos sobre el presunto efecto y sus benéficas consecuencias. Lo mismo que en las secciones de discos, con títulos como los dos CD de Música para el Efecto Mozart, avalados por Campbell, el primero dedicado a Inteligencia y Aprendizaje y el segundo a Descanso y Realización, que están en la lista de los tres discos de música clásica más vendidos en el país. Otros CD son más imperativos, como el titulado El niño necesita a Mozart. La credibilidad otorgada por los particulares a las tesis del musicólogo californiano ha alcanzado su máxima cota en Florida, donde la ley obliga a escuchar música clásica a los niños que dan sus primeros pasos en las escuelas públicas.

Los críticos de Campbell parecen estar más por la vieja tesis de que la música amansa a las fieras y se han lanzado contra las presunciones del efecto Mozart. John Bruer, presidente de la Fundación McDonnell de St. Louis arremete en El mito de los tres primeros años contra las ínfulas del investigador californiano. "No hay ningún tipo de prueba que confirme que escuchar a CD de música clásica mejore el razonamiento espacial de los niños", escribe en el libro, publicado el pasado mes de septiembre.

Bruer cuenta con el apoyo de Kenneth Steele, profesor de psicología en la Appalachian State University, en Carolina del Norte, quien mantiene que las tesis de Campbell se elevan sobre bases nada sólidas. El californiano hizo escuchar a sus estudiantes de Irvine, ninguno de ellos en edad de llevar chupete, música clásica e inmediatamente les pidió que hicieran algunas pruebas de razonamiento espacial que tenían que ver con doblar y cortar un papel. Para Steele queda fuera de toda duda que tal experimento poco puede valer para medir las capacidades de desarrollo cerebral a largo plazo. Steele repitió el experimento con sus estudiantes y no halló ninguna diferencia entre quienes lo hicieron en silencio, mientras sonaba Mozart o escuchaban al contemporáneo Philip Glass. "No hubo efecto", escribe en un estudio sobre las alegaciones de Campbell que en julio publicó la revista Psycological Science.

Pero una madre que hace escuchar música clásica a sus niños pequeños afirma: "Estoy convencida de que hay algo que afecta directamente a su conducta". De entrada es lo de la música y las fieras. Para ver si Campbell tiene razón esta madre deberá esperar muchos años.

Métodos rentables

El alcance psicológico e intelectual del efecto Mozart puede ser objeto de intensos debates, pero, con independencia de su incuestionable valor como cultura musical, lo que está claro es que rinde beneficios económicos a quienes lo predican. Don Campbell colocó rápidamente el libro con sus teorías en las listas de superventas y los discos que patrocina, con música cantarina interpretada por formaciones menores que están lejos de sonar como un melómano desearía, se venden como si los regalaran.

Algunos intérpretes, como la pianista y profesora californiana Heidi Brenden, han producido sus propios CD con títulos como Juega con clásica o Duerme con clásica. Brenden, madre de dos niñas, dice estar convencida de que la música clásica ayuda a desarrollar el razonamiento complejo.

El psicólogo Kenneth Steele atribuye toda la barahúnda a ambición y complejo de culpa de los padres, que desean que sus hijos sean los mejores y que, al darles Mozart, creen darles una atención que compense la que en realidad no pueden ofrecerles, inmersos como están en locas y largas horas de trabajo fuera de casa.

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