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La mitad de los operados de cáncer de próstata sufre impotencia

El 59,9% de los hombres que sufren cáncer de próstata localizado y se someten a una prostatectomía total para extirparlo padecen impotencia y un 8,4% incontinencia a los 18 meses de la operación. A pesar de ello la mayoría afirma que volvería a optar por la intervención quirúrgica. Ésta es la conclusión de un estudio publicado en The Journal of the American Medical Association (JAMA) realizado por un equipo de Seattle (EEUU). El estudio demuestra que la edad y la raza son factores que introducen importantes variaciones en la incidencia de la impotencia entre los enfermos operados.

A pesar de los estudios realizados no se sabe cuál es el origen exacto del cáncer de próstata. Lo único que se sabe es que es una alteración genética que desemboca en un cáncer y que aparece a partir de los 50 años. Una vez detectado, y para evitar que se extienda a otros órganos, su tratamiento consiste en la extirpación de la próstata, las vesículas seminales y las bandeletas vásculo-nerviosas. La impotencia se produce debido a que estas últimas contienen los nervios de la erección.El estudio de Seattle ha sido realizado por Janet L. Standford y sus colaboradores del Centro Fred Hutchinson para la Investigación sobre el Cáncer sobre un total de 1.291 hombres a quienes se diagnosticó un cáncer primario de próstata entre 1994 y 1995. El estudio concluye que la raza y la edad son factores determinantes a la hora de mantener la potencia sexual. El 38% de los varones de raza negra afirmaron que tras la operación eran capaces de mantener una relación sexual, frente a un 25% entre los hispanos y un 21% entre los anglosajones blancos. Respecto a la edad, un 39% de los hombres menores de 60 años aseguraron ser capaces de experimentar erecciones, mientras que en los pacientes entre 75 y 79 años, la proporción disminuía al 17%. La aplicación o no de un procedimiento para preservar el nervio responsable de la erección también puede influir en el porcentaje de impotencias. En los casos en los que no se había practicado, el 65% de los pacientes la sufrían, mientras que en los que sí se había recurrido a la preservación del nervio, el porcentaje disminuía al 57%.

El doctor Humberto Villavicencio, jefe del equipo uroncológico y subdirector del servicio de Urología de la Fundación Puigvert de Barcelona indica que si el cáncer se detecta precozmente, se pueden preservar los nervios de la erección. Pero en los casos en que está más avanzado, también se puede recuperar la capacidad de erección. Un 40% de los pacientes la puede recuperar, según Villavicencio, con Viagra, el fármaco contra la impotencia recientemente comercializado, y el resto dispone aún de las autoinyecciones y el vacumm y, como última opción, la prótesis de pene.

Evolución lenta

Respecto a los pacientes que sufren incontinencia tras la operación, Villavicencio asegura que en España el porcentaje ha bajado en los últimos años al 2%.

Villavicencio apunta que cuando la enfermedad se detecta a partir de los 70 años "la mayoría de los pacientes mueren con el cáncer, no del cáncer". Se trata de una enfermedad muy lenta y silenciosa. En España fallecen anualmente 8.500 pacientes por cáncer de próstata, que constituye la tercera causa de mortalidad por cáncer en los varones, tras el cáncer de pulmón y el de colon.

Existe entre los especialistas una controversia sobre la eficacia de realizar programas de cribaje de toda la población para lograr un diagnóstico precoz, ya que no está demostrado que aumente las tasas de supervivencia. Se sabe que los varones de raza negra tienen más predisposición, y que los nórdicos lo padecen más que los mediterráneos, siendo los orientales los menos afectados. Una de las hipótesis que se baraja, según Villavicencio, es que las dietas hipograsas pueden influir en su aparición.

En la práctica sólo se estudian aquellos pacientes que presentan antecedentes familiares, que lo solicitan expresamente o quienes ya presentan síntomas. En España, el 9,5% de los varones mayores de 50 años desarrolla cáncer de próstata, pero de éstos tan sólo un 2,9% fallece a causa de la enfermedad. Los urólogos se encuentran con el problema de distinguir entre los cánceres biológicamente activos y los latentes. Autopsias realizadas a pacientes fallecidos por otras causas indican que el 42% de los hombres mayores de 50 años padece un cáncer de próstata incipiente.

Todos estos factores explican que el coste de un chequeo generalizado para toda la población masculina mayor de 50 años no esté justificado. Aun así Villavicencio aconseja dietas bajas en grasas y realizar controles voluntarios para comprobar el estado de la próstata, ya que asegura que "en caso de diagnóstico precoz, el cáncer de próstata es el más fácilmente curable".

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