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El padre del niño cubano dice que mantenían una estrecha relación

Por tercer día consecutivo, el Gobierno de Fidel Castro convocó anoche una gran manifestación frente al edificio de la Sección de Intereses de EEUU, situado en el Malecón de La Habana, donde se ha levantado una gigantesca tribuna por donde cada tarde pasan líderes políticos y estudiantiles a exigir el regreso del niño balsero Elián González, de seis años, a quien las autoridades han convertido en el centro de una sonora campaña nacionalista y antiimperialista.

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El padre del pequeño, Juan Miguel González, de 31 años, asegura que su hijo salió del país sin su consentimiento y reclama su regreso, pero los tíos abuelos de Elián en Miami, arropados por organizaciones anticastristas, tratan de que el niño se quede en EEUU para que "pueda vivir en libertad".Juan Miguel González es militante del Partido Comunista cubano desde hace siete años y trabaja de cajero del Reparto Josone, un complejo turístico situado en la playa de Varadero, localidad en la que también trabajaba la madre de Elián como camarera en el hotel Paradiso. En declaraciones a este periódico, González explicó que se habían divorciado hace tres años, pero aunque Elián vivía con su madre en el pueblo matancero de Cárdenas (a una treintena de kilómetros de Varadero), se veían todos los días y muchas noches se quedaba a dormir con él.

Hace año y medio, Elizabeth, que tenía en EEUU a una prima que se marchó ilegalmente de Cuba, comenzó una relación amorosa con Lázaro, quien hace seis meses huyó de Cuba como balsero y regresó poco después, también de forma ilegal. Según el padre, fue el padrastro de Elián quién, después de pasar 15 días en la cárcel, organizó la salida ilegal del grupo de 14 balseros que acabó en tragedia. La familia cree que Lázaro formaba parte de una red de tráfico de emigrantes.

Según el abuelo paterno de Elián, José González, Elizabeth se fue por amor o embullo, no porque tuviese familia en Miami ni necesidades económicas, pues en su trabajo era remunerada en dólares, algo que en Cuba es un privilegio. Según el padre del niño, de su ocho hermanos, cinco viven en Miami, y es en casa de uno de ellos dónde se encuentra ahora Elián.

Complicadas relaciones

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El enrevesado entramado familiar y político que rodea la historia del pequeño Elián González es un fiel reflejo de las complicadas relaciones migratorias que unen y separan a la vez a Cuba y a EEUU, y que ahora pueden marchar hacia una nueva crisis. Secuestros de embarcaciones, familias divididas, ansias por abandonar Cuba, acuerdos y leyes norteamericanas que establecen por un lado la deportación de los balseros interceptados en alta mar, pero que, por otro, permiten, en virtud a la ley de Ajuste Cubano, que los cubanos que pisan tierra firme se queden en EEUU, son las aristas más visibles de un problema que tiene difícil solución y en medio del cual se encuentra prisionero Elián. Por él se celebró anoche una nueva movilización frente a la Sección de Intereses de EEUU en La Habana. Su caso sirve a Cuba para exigir a derogación de la ley de Ajuste Cubano y agitar la bandera patriótica, y a EEUU para denunciar lo mal que andan las cosas en la isla. En medio de esta batalla política está Elián.

Para más complicaciones, la crisis ha experimentado un giro inesperado tras el presunto secuestro de un barco de turismo por un grupo de cubanos. La Habana pidió ayer a Washington la deportación de los "seis secuestradores" y los "dos secuestrados", quienes fueron interceptados el lunes por guardacostas norteamericanos. Las autoridades han dicho que si EEUU no accede a su petición, quedará claro que no está cumpliendo con los acuerdos migratorios firmados por ambos países en 1995.

El lunes, día en que Elián cumplió seis años de edad, siete balseros cubanos y el cadáver de otro llegaron a las costas de Miami, en un nuevo caso de tráfico de emigrantes.

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