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NEFROLOGÍA

La anemia renal debe tratarse antes y con mayor intensidad

De los más de 30.000 españoles que sufren insuficiencia renal crónica (fracaso de la función de los dos riñones) más del 80% desarrolla anemia renal, una complicación específica de esta patología nefrológica, que empieza a aparecer cuando ya se ha perdido en torno al 70% de la función de los riñones. Los especialistas recomiendan revisar la terapia e iniciar el tratamiento antes y con mayor intensidad.

La insuficiencia renal crónica, que aboca a diálisis o a trasplante de riñón, es un proceso de instauración lenta, provocado en la mayoría de los casos a diabetes, hipertensión y ciertas enfermedades del riñón. Puede permanecer durante meses sin dar síntomas, hasta que aparece la anemia. Con frecuencia, la anemia se instaura antes de que el paciente entre en diálisis e incluso antes de que haya sido diagnosticado de la insuficiencia renal."Con la anemia empiezan a aparecer los primeros síntomas, como cansancio, sensación de ahogo y cierto malestar. Al fracasar la función de los dos riñones, estos órganos dejan de segregar eritropoyetina, hormona responsable de regular la producción de glóbulos rojos", explica Fernando Valderrábano, jefe de nefrología del hospital Gregorio Marañón de Madrid y presidente del 36º Congreso de la Asociación Renal Europea-Asociación Europea de Diálisis y Trasplante, que recientemente reunió en Madrid a 4.200 nefrólogos.

En este congreso se hicieron públicas unas nuevas guías prácticas del tratamiento de diálisis, en las que se recomienda "un abordaje más precoz e intenso de la anemia renal", según Valderrábano. "Durante años", explica Valderrábano, "la anemia renal se trató con transfusiones de sangre, hasta que en 1988 se empezó a emplear la eritropoyetina recombinante, conocida como EPO, una fiel réplica de la hormona natural. Actualmente, más del 80% de los 17.000 españoles en diálisis necesita EPO".

Las nuevas guías aconsejan administrar la hormona cuando la hemoglobina (número de glóbulos rojos) baja de 11 gramos por decilitro de sangre. El estudio ESAM, realizado entre 1998 y 1999 sobre 15.700 pacientes europeos en diálisis, revela que la mitad de los dializados mantiene la hemoglobina por encima de 11, por lo que la otra mitad continúa con anemia intensa. Las ventajas del tratamiento con EPO recombinante son universalmente admitidas: se evita la necesidad de transfusiones y el riesgo, aunque remoto, de contagio de infecciones.

Para Jorge Cannata, responsable de la unidad de investigación del hospital Central de Asturias, el deterioro de los pacientes con anemia renal no tratados o incorrectamente tratados es importante: "Este proceso afecta a las funciones cognitiva, sexual y endocrina y a la capacidad para realizar ejercicio físico. Origina en general una pérdida considerable de la calidad de vida. También provoca hipertrofia ventricular izquierda, que puede ser causa de muerte cardiovascular". "La mejoría", añade "es espectacular cuando el tratamiento es correcto, porque, además de mejorar la calidad de vida, se revierte el deterioro cardiaco y el daño de las funciones afectadas. El paciente puede normalizar su vida sexual, se siente más animado psicológicamente y con más fuerzas físicas para llevar su vida normal".

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