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Toma posesión el primer Parlamento de Indonesia elegido democráticamente

Los diputados indonesios, elegidos democráticamente el pasado 7 de junio tras 32 años de régimen dictatorial de Suharto, constituyeron ayer en Yakarta la nueva Asamblea Consultiva Popular, que este mes deberá decidir el próximo presidente de la cuarta nación más poblada del mundo. Mientras, las tropas de paz en Timor Oriental iniciaron ayer su primer despliegue para controlar la frontera con el área occidental de la isla, donde se han concentrado las milicias proindonesias que en los últimos días han amenazado con emprender "una guerra de guerrillas" contra el pueblo timorense y la fuerza multinacional.

El nuevo Parlamento indonesio iniciará mañana, domingo, la elección del presidente de la Asamblea para, posteriormente, elegir al primer mandatario democrático de la nación y ratificar los resultados del referéndum celebrado el pasado 30 de agosto en Timor Oriental, un acto simbólico que marcará la futura independencia de la antigua colonia portuguesa. En un acto solemne, el presidente del Tribunal Supremo indonesio recibió el juramento de sus cargos de todos los representantes parlamentarios, procedentes de cinco grupos religiosos: musulmanes, hindúes, budistas, católicos y protestantes.La Asamblea Consultiva Popular, el máximo órgano legislativo del país, está compuesta por 700 miembros, 462 de los cuales fueron elegidos democráticamente en las elecciones del 7 de junio, mientras otros 38 fueron designados directamente por el Ejército. Asimismo, el Parlamento cuenta con 135 miembros procedentes de los parlamentos provinciales y otros 65 de diversas organizaciones sociales.

La ganadora de las elecciones, Megawati Sukarnoputri, hija del primer mandatario del país, es la principal candidata para alcanzar la presidencia de la república, si bien sus 153 escaños, con el 34,5% de los votos, no le aseguran la elección debido a los grupos no elegidos por la población. El presidente Yusuf Habibie, designado sucesor por el dictador Suharto, aspira también a la presidencia, aunque su partido, el Golkar (120 escaños), no está satisfecho con su creciente impopularidad, especialmente tras la pérdida del referéndum en Timor Oriental, así como por las acusaciones de corrupción debido a la financiación ilegal de su campaña por el Banco de Bali.

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