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CORRUPCIÓN EN MOSCÚ

Los republicanos arremeten contra Gore por su relación con la "cleptocracia" rusa

Al Gore se enteró "por los periódicos" de la operación policial desencadenada en Estados Unidos contra la red de lavado de dinero puesta en pie por la mafia y varios gobernantes rusos. Esta declaración de Leon Fuerth, principal consejero de Gore para asuntos internacionales y de seguridad, acentuó ayer las críticas por incompetencia que llueven sobre Gore. El vicepresidente y candidato demócrata a la sucesión de Bill Clinton es también, desde hace más de seis años, el principal responsable de las relaciones de Washington con Moscú.

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Desde la aparición de las primeras informaciones sobre el descubrimiento de una gigantesca operación de lavado de dinero ruso en el Bank of New York, Gore está en el centro del huracán. Desde 1993, Clinton ha delegado en su vicepresidente la dirección de la estrategia norteamericana con relación a Rusia. Y durante ese tiempo, Gore ha empujado a favor del máximo apoyo a Borís Yeltsin y los suyos, incluida la concesión de generosos préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI).Gore intenta ahora desmarcarse. Su política rusa, incluidas las excelentes relaciones personales y oficiales que ha sostenido con Víktor Chernomirdin desde 1993 y hasta la guerra de Kosovo, puede ser una de las pesadillas que le persigan en su campaña hacia la Casa Blanca. Dos de los principales candidatos republicanos, George Bush y Steve Forbes, ya han empezado a fustigarle.

Más atento y menos crédulo

El vicepresidente, según Bush, debería haber estado más atento a los signos de corrupción en Moscú y no haber sido tan crédulo a la hora de aceptar el discurso de Yeltsin y Chernomirdin sobre la buena marcha de las reformas rusas. Forbes va más lejos, y afirma que Gore "comparte la responsabilidad" por el recién estallado escándalo de la red de blanqueo de dinero ruso en el Bank of New York y el Republic National Bank. El vicepresidente, según Forbes, "ha permitido que se acumulen millones de dólares en manos de cleptómanos"."Es evidente que Gore presidía la comisión, pero aplicaba la política del Gobierno, no la política de Gore", declaró ayer a The Washington Post un consejero de Gore. La comisión bilateral a la que hace referencia es la que durante años presidieron conjuntamente Gore y el entonces primer ministro Chernomirdin, en calidad de brazos derechos de Clinton y Yeltsin, respectivamente.

En su deseo de mantener buenas relaciones con los nuevos señores del Kremlin, Gore parece haber prestado oídos sordos a las crecientes sospechas de corrupción e interrelación entre los gobernantes rusos y la mafia. Según informa The New York Times, la CIA le envió a Gore en 1995 un amplio informe sobre el lado oscuro de Chernomirdin, que el vicepresidente devolvió con un fuerte epíteto.

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La CIA aprendió la lección y ya no le remitió al vicepresidente la información de que a un empresario alemán le habían pedido un millón de dólares (unos 160 millones de pesetas) por entrevistarse con Chernomirdin. El que fue primer ministro ruso e interlocutor privilegiado de Gore durante años es ahora presidente de Gazprom, un monopolio energético parcialmente privatizado que constituye todo un poder paralelo en Rusia. Su fortuna personal se estima en más de 1.000 millones de dólares.

Como líder norteamericano de la comisión Gore-Chernomirdin, el vicepresidente de EEUU, dice The New York Times, "fue un enérgico abogado del envío de mayor ayuda y asistencia a Rusia, y un feroz crítico de las reticencias del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional a concederle préstamos". Buena parte de los 15.000 millones de dólares colocados en cuentas neoyorquinas por el jefe mafioso Semion Mogilevich pueden proceder de los créditos del FMI a Moscú.

No conocía a Kagalovski

Konstantín Kagalovski es uno de los rusos sospechosos de haber desviado los fondos de lo que en Estados Unidos se denomina ya la "cleptocracia" rusa. Pues bien, Kagalovski fue representante de Rusia ante el FMI entre 1992 y 1995 y uno de los principales colaboradores de Chernomirdin, el entonces socio de Gore en la comisión bilateral. El vicepresidente de Estados Unidos niega haber sostenido relaciones con este sospechoso.Nadie acusa a Gore de beneficiarse personalmente de su política rusa, pero su ingenuidad al tratar con Yeltsin y los suyos está siendo explotada por sus rivales republicanos. La forma en que se ha enterado del escándalo de las cuentas neoyorquinas contribuye a esa imagen de despiste. "En lo que respecta a las historias sobre el Bank of New York, el vicepresidente no está al corriente de nada; se ha enterado leyendo los periódicos", dice su consejero internacional Fuerth.

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