Los rebeldes declaran un Estado islámico en Daguestán y llaman a la guerra santa
Los secesionistas musulmanes que desde fines de la semana pasada controlan varias aldeas montañosas de Daguestán declararon ayer un Estado islámico independiente en esa pequeña república norcaucásica que forma parte de la Federación Rusa. Al mismo tiempo, los combates se recrudecieron y, como reconoció el comandante de la Fuerza Aérea de Rusia, los militares utilizaron la aviación para contener a las fuerzas separatistas. Mientras tanto, en Moscú, el primer ministro, Vladímir Putin, se reunió con el presidente Borís Yeltsin, a quien le presentó un plan para acabar con la nueva crisis desatada en el Cáucaso del Norte.
"Hemos preparado un paquete de medidas para imponer el orden y la disciplina en Daguestán, que hoy ha sido aprobado por el presidente de Rusia y que será aplicado paso a paso", declaró Putin después de su reunión con Yeltsin, y agregó que pensaba tener solucionada la crisis "dentro de una o dos semanas".Al optimismo de Putin y de Anatoli Kvashnín, el jefe del Estado Mayor General, que al regresar de Daguestán a Moscú aseguró que la situación había mejorado y que casi ya estaba bajo control, se opone la resolución de los integristas y el apoyo que han obtenido en Chechenia.
La Shurá, o Consejo Supremo Islámico, además de declarar ayer un Estado musulmán independiente, llamó a la guerra santa y recordó a los musulmanes que es su deber unirse a ella y combatir "hasta la completa expulsión de los infieles". Esta declaración fue divulgada en Grozni, la capital chechena, lo que es un indicio de qué fuerzas están detrás de la rebelión del puñado de integristas en la región de Daguestán.
Guerrero legendario
La Shurá en realidad es un órgano controlado por el Congreso de los Pueblos de Ichkeria (Chechenia) y Daguestán, movimiento extremista presidido por el ya legendario general Shamil Basáyev. Basáyev, que lo único que sabe es guerrear -combatió en Azerbaiyán, Abjazia y Chechenia-, saltó a las primeras páginas de los diarios después de entrar a sangre y fuego en la ciudad rusa de Budiónnovsk y tomar a miles de rehenes en el hospital local. En aquel entonces obligó al Gobierno ruso a comenzar las negociaciones con los separatistas y después regresó triunfalmente a Chechenia, donde desempeñó un papel fundamental en la derrota de los rusos.Los extremistas armados que el fin de semana pasado tomaron varias aldeas en las montañas de Daguestán se infiltraron desde territorio de la vecina Chechenia. No se sabe exactamente cuántos hombres combaten a su lado: según testimonios de refugiados que huyeron de la zona en conflicto, pueden llegar a 2.000, pero lo más probable es que esta cifra sea exagerada y que no pasen de 500.
El problema es que se trata gente fanática, decidida a guerrear y que ya está dando fuertes dolores de cabeza a los militares rusos. Kvashnín y otros altos oficiales se encontraban en el aeródromo de Botlij, centro del distrito donde se hallan las aldeas tomadas por los secesionistas, cuando los guerrilleros lanzaron un ataque que destruyó dos helicópteros y dejó varias víctimas. Ayer se informó de que entre los perecidos figura Yuri Naúmov, vicecomandante del 487º Regimiento de Aviación, que poseía el título honorífico de Héroe de Rusia.
Anatoli Kornukov, el comandante jefe de la Fuerza Aérea, que el lunes había desmentido que se utilizaran aviones contra los separatistas, ayer reconoció que se habían visto obligados a echar mano de la aviación para contener a los rebeldes. "Desde Daguestán me han informado de que en la región en la que se han infiltrado los extremistas se libra un duro combate. Los bandidos se han reforzado, y nos hemos visto obligados a utilizar la aviación de asalto para aliviar la tarea de las tropas de tierra", señaló Kornukov. "Ya se han realizado 78 vuelos en los que han participado bombarderos Su-24, aviones de ataque rasante Su-25 y aparatos de reconocimiento", agregó.
"Los bombardeos lanzados en el distrito de Tsumadín han obligado a los integristas a replegarse y retirarse al distrito de Botlij", aseguró Kornukov. El general opina que no hay que permitir que los rebeldes abandonen Daguestán, porque encontrarían refugio en Chechenia y podrían regresar a los pocos días. "A los bandidos hay que liquidarlos, ellos no tienen piedad de nadie", dijo Kornukov. Esta opinión es compartida por Kvashnín y los otros altos oficiales que están en la zona.
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