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La Luna está hoy un metro más lejos de la Tierra que hace 30 años

Un experimento con láser mide la distanica desdes la época de Apolo

Treinta años después de que el hombre pisara por primera vez la Luna, el proyecto Apolo sigue adelante en una solitaria cima de montaña al oeste de Tejas. Cinco o seis veces al mes, los científicos van al observatorio McDonald, apuntan un telescopio de 75 centímetros de diámetro hacia uno u otro lugar de descenso de las naves Apolo en la superficie de la Luna y disparan un rayo láser.Si apuntan bien, el haz de láser verde rebota en uno de los tres reflectores -del tamaño de una cartera de mano- que dejaron allí los astronautas que pisaron la Luna. El haz llega al telescopio de Tejas y el tiempo exacto que tarda en ir y volver -alrededor de dos segundos- indica la distancia que hay entre el telescopio y la Luna.

Los tres reflectores son los únicos instrumentos del proyecto Apolo que siguen funcionando en el satélite natural de nuestro planeta. Y, después de 30 años, todavía desvelan a los investigadores nuevas cosas sobre la Luna, la Tierra y la relación entre ambos cuerpos. Por ejemplo: la Luna se aleja de la Tierra 3,82 centímetros cada año. Por tanto, ahora se encuentra 1,14 metros más alejada de la Tierra que cuando Neil Amstrong puso el pie en su suelo, el 20 de julio de 1969.

Su alejamiento -causado por las mareas y la rotación de la Tierra- ya era conocido antes de llegar el primer Apolo, pero los cálculos nunca habían sido tan precisos.

"Los reflectores de rayos láser en la Luna son probablemente una de las mejores cosas que ha conseguido la NASA", afirma James Faller, investigador en un instituto conjunto de la Universidad de Boulder (Colorado) y el National Institute for Standards and Tecnology. Los reflectores fueron idea suya.

A principios de los años sesenta, Faller dijo: "Sabemos dónde está la Luna, con un error de más o menos decenas de kilómetros...". Entonces calculó que los mejores láseres del momento podían ser lo suficientemente potentes como para hacerlos rebotar en un reflector colocado en la Luna y que el tiempo que tardase el haz en ir y volver indicaría la distancia entre ambos cuerpos con precisión de centímetros y no de kilómetros.

El experimento fue aprobado por la NASA y, tan pronto como los astronautas del Apolo 11 abandonaron la Luna, Faller y sus colegas empezaron a disparar su láser, pero no lograron una señal rebotada hasta días despúes. Otros dos reflectores fueron depositados por las misiones Apolo 14 y Apolo 15. Posteriormente, unas naves rusas no tripuladas llevaron otros dos reflectores franceses.

En plena conmemoración del histórico viaje del Apolo 11, ayer varios astronautas comentaron en Viena, en Unispace III (tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre la Exploración y la Utilización Pacífica del Espacio), que el hombre podría volver a la Luna de aquí a 10 o 15 años, aunque Franklin Chang Diaz, astronauta de la NASA, recordó: "Por ahora estamos centrados en la Estación Espacial Internacional, que queremos concluir antes de pasar a otra cosa", informa France Press.

En Washington, los tres astronautas del Apolo 11 -Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins- recibieron ayer del vicepresidente Al Gore la medalla de oro de Langley.

© LAT/TWP News Service

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