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Cierra Coma Cros, una histórica del textil

Los rumores habían matado a la empresa tantas veces que cuando se anuncia su funeral definitivo a muchos de sus trabajadores les cuesta creérselo. El expediente de cierre que la dirección de la fábrica textil Coma Cros de Salt (Gironès) entrega hoy al comité de empresa y al Departamento de Trabajo de la Generalitat deja sin empleo a 142 trabajadores y pone fin a 149 años de una historia empresarial que ha pasado por épocas de gran vitalidad, aunque en los últimos años, a causa de una enorme deuda acumulada y de la escasez de pedidos, cada vez se hacía más difícil encontrar una salida al laberinto. El comunicado de la empresa mantiene que la medida es consecuencia de las dificultades derivadas de una suspensión de pagos de 1992, que jamás fue superada, y, por encima de todo, de la caída de ventas, que ha provocado una reducción de la capacidad productiva de hasta el 70%. El cierre de la fábrica de Salt ha cargado de razones a los sindicatos, que desde hace tiempo vienen denunciando la crisis de un sector que está siendo afectado por las importaciones masivas de países extranjeros, especialmente asiáticas. Camil Ros, de UGT, asegura que a través de los contactos que mantiene su sindicato con diversas empresas del sector, han podido constatar que la media de pedidos en las fábricas textiles de las comarcas gerundenses se ha reducido a la mitad. Mientras que los sindicatos piden medidas urgentes para poner freno a las importaciones, desde el Gobierno catalán se insiste en que cada empresa textil tiene sus particularidades y que en ningún caso puede hablarse de una crisis generalizada del sector. La empresa Gassol, a un tiro de piedra de Coma Cros, parece corroborar esta apreciación. En ella trabajan unos 500 empleados dedicados a la fabricación de medias. El alcalde de Salt, Xavier Corominas, atribuye gran parte de la responsabilidad del cierre de la veterana empresa al Grupo Torras, que en 1990 se hizo con la mayor parte de las acciones de la empresa. Coma Cros pasó a manos de Grupo Torras cuando el antiguo gestor español de Torras-KIO, Javier de la Rosa, alcanzó un acuerdo con una parte de la familia Juncadella, propietaria histórica de la firma textil, vertebrada en Industrias Burés. Xavier Corominas mantiene además que si no existiera una crisis en el sector los trabajadores habrían llevado adelante su idea de crear una sociedad anónima laboral para continuar produciendo. "Pero si no hay pedidos no hay empresa que valga", asegura. La empresa Coma Cros, dedicada a la fabricación de tejidos de algodón y poliéster, no ha podido librarse de los problemas que acarrea desde la suspensión de pagos y se calcula que tiene una deuda acumulada de casi 6.000 millones de pesetas. El empeño del alcalde de Salt, un municipio que ha recibido bolsas de emigración y tiene uno de los niveles de renta más bajos de las comarcas de Girona, consiste en que pueda mitigarse el paro sufrido por el municipio autorizando una gran superficie comercial que podría dar empleo a una parte considerable de los trabajadores desocupados y que por el momento está paralizada por el Departamento de Industria, Comercio y Turismo. Una representación municipal tiene previsto reunirse con el consejero de Industria, Antoni Subirà, el próximo 6 de julio.

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