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Acceso libre a las cocinas del arte

Más de un centenar de creadores residentes en Barcelona abren sus talleres al público este fin de semana

Las calles de los barrios barceloneses de Ciutat Vella y Poblenou se llenaron ayer de singulares paseantes. No eran turistas, a pesar del plano que llevaban en la mano. Se trataba de gente interesada por el arte. Eran los visitantes de los Talleres Abiertos, una iniciativa que da acceso libre a los estudios de más de un centenar de artistas residentes en Barcelona que está organizada por la asociación de arquitectura y diseño FAD en el barrio viejo y por TOP (Talleres Abiertos Poblenou), entidad que aglutina diversas entidades culturales del antiguo barrio industrial de Poblenou. Estos dos barrios son los que concentran mayor número de estudios de artistas jóvenes ya que los alquileres en ambos casos son más baratos que en el resto de zonas de la ciudad.El objetivo de estas jornadas de puertas abiertas es facilitar la entrada del público en los centros de trabajo, talleres, estudios e incluso hogares de artistas y artesanos de toda índole. La idea es promocionar un contacto más directo entre los creadores y el público, poco animado a acudir a las galerías con el objeto de que el conocimiento del espacio en el que se cocinan las obras estimule su interés y, de paso, permita a los artistas vender alguna pieza y establecer en los posibles contactos profesionales para el futuro.

La oferta que ofrece Barcelona este fin de semana está compuesta de multitud de recorridos urbanos que permiten captar el momento creativo de la ciudad, sus artistas y sus últimas tendencias en lo que a creadores jóvenes o poco conocidos se refiere. Los talleres de Ciutat Vella, que se abrirán también el próximo fin de semana, se celebran desde 1993, con la salvedad del pasado año. Poblenou celebra este año su cuarta edición. En ambos casos, además de la apertura de talleres, se han celebrado numerosas actividades paralelas. En Ciutat Vella, a diferencia de Poblenou, en donde actualmente la mayoría de talleres están agrupados en cuatro puntos principales, algunos de los más de 80 estudios abiertos al público son también la vivienda del artista, lo que permite al visitante una relación más íntima con el trabajo de los creadores. Éste es el caso de la artista Mariana Sarraute, cuyo recibidor estaba repleto de distintas mutaciones de la muñeca Barbie. "Es un tic generacional de los que tenemos veintitantos". En su caso, a partir de 4.000 pesetas, el visitante podía adquirir un dibujo.

En Poblenou, el goteo de público durante todo el día fue constante. Florenci Guntín, responsable de Hangar, un centro de producción de artes visuales que en esta ocasión aglutina el trabajo de diferentes artistas internacionales, se mostraba satisfecho no sólo por la visita del público, sino también "porque han venido galeristas y gente del mundo de la cultura".

Pero con la lógica presencia extranjera de los estudiantes internacionales de la Winchester School of Art, donde más se reflejaba la plurinacionalidad artística que vive actualmente Barcelona es en el centro El Submarí, una de las grandes naves industriales de Poblenou que desde la gestión privada ofrece posibilidad de lugar de trabajo para los creadores. Por ejemplo, el japonés Tetsuo Kimura comparte estudio pictórico con Xavier Riu y Joaquim Pijuan. A su lado, la excelente artista suiza Margrit Lehmann había acogido, junto a la inglesa Annie Michie, a un grupo de mujeres alemanas que habían asistido estos días a un congreso sobre mujer y cultura en Barcelona y deseaban conocer su ambiente artístico menos convencional. No podían haber encontrado mejor momento.

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