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El asesino de la discoteca alemana se suicida ante el acoso de la policía

La huida del hombre que acabó el domingo con la vida de cinco personas en poblaciones próximas a la frontera franco-alemana terminó ayer fatalmente en una oscura habitación de hotel en las afueras de Strassen (Luxemburgo). El ciudadano alemán Günter Ewen, de 36 años, condenado por violación y robo, se disparó un tiro en la cabeza a eso de las tres de la tarde, justo en el momento en que efectivos especiales de la policía se disponían a asaltar la habitación del primer piso que ocupaba en el hotel Mon Plaisir.

Los móviles que explican la serie encadenada de asesinatos que inició a las 4,40 horas del domingo en una discoteca de Dillinguen (Alemania) han quedado parcialmente revelados con el descubrimiento de que una de sus víctimas testimonió contra él en un juicio por robo celebrado en 1998. El resto de las incógnitas: ¿Por qué disparó a matar contra todos aquellos que se encontró en su camino? ¿Por qué acabó con la vida de la pareja franco-británica que ocupaba un apartamento cercano a la misma discoteca Xanadu? ¿Por qué disparó contra la hija del matrimonio, una niña de 11años?, deberán ser descifradas por los criminólogos.Fuentes de la Fiscalía de Sarrebruck (Alemania) sugieren que Günter Ewen respondió simplemente tirando de pistola ante los primeros gestos de resistencia de sus víctimas a dejarse robar el dinero y el automóvil. El huido, al que cientos de gendarmes franceses buscaban en una verdadera caza al hombre con la ayuda de perros y el apoyo de un helicóptero en las áreas boscosas de la Mosella, llegó el lunes por la mañana al hotel Mon Plaisir (Mi Placer), un pequeño establecimiento de dos pisos y 23 habitaciones.

Reconocido por el portero

Ayer, al mediodía, el portero del hotel creyó reconocer en ese cliente rubio, alto (más de 1,85 de estatura), que parecía sufrir alguna lesión física, al individuo cuya fotografía aparecía insistentemente desde el domingo en todos los noticiarios. Avisó a la policía y, a primera hora de la tarde, agentes de paisano, primero, y unidades especiales, después, pusieron un doble cerco a la habitación del sospechoso y al propio hotel.

Cuando el responsable del despliegue policial dio la orden de pasar a la acción, a eso de las tres, Ewen se voló la cabeza. Tras la puerta de la habitación, los agentes encontraron un cadáver aferrado a una Magnum 357 con el cargado vacío. Después de haber tirado profusamente de la pistola automática, que abandono, el domingo y de la propia Magnum en su criminal escapada, el presunto asesino se encontraba ayer con un único proyectil y acorralado sin escapatoria posible.Portavoces de la policía francesa confirmaron que el fallecido se encontraba ligeramente herido como consecuencia de un accidente que tuvo con uno de los múltiples coches utilizados en su huida. El hotel Mon Plaisir está situado cerca de un nudo de autopistas que comunican Bruselas y Luxemburgo.

Todo hace suponer que tras matar a su última víctima, un bombero francés que se encontraba en su domicilio de Sierck-les-Bains, población situada a unos 40 kilometros de la frontera, Ewen se apoderó de otro vehículo con el propósito de poner tierra de por medio y llegar a un tercer país. Después de buscar el rastro de Ewen en la Moselle, los gendarmes franceses barajaban la posibilidad de que el huido hubiera vuelto a su país. Natural de Beckingen, el presunto asesino había cumplido condena en Alemania por agresiones, robos y violación. En enero último salió de la cárcel donde había pasado cinco años. La policía alemana lo tenía catalogado como un individuo sumamente peligroso.

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