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Colombia intenta salvar "in extremis" el protocolo sobre transgénicos

Los 500 delegados de 170 países reconocen su fracaso

No hubo acuerdo. Después de 10 días de negociaciones, el grupo de trabajo que debía reglamentar en Cartagena de Indias (Colombia) el tráfico internacional de organismos vivos modificados (más conocidos como transgénicos) declaró ayer su incompetencia. Ahora, una comisión de sólo 10 miembros presidida por Juan Mayr, ministro colombiano de Medio Ambiente, intentará salvar los muebles.

Debían haber terminado el viernes pasado. Las grandes diferencias entre los países exportadores de material transgénico -encabezados por EE UU- y los que alertan sobre sus peligros -el llamado Tercer Mundo más la Unión Europea, asesorados por las ONG- impidieron el acuerdo. Fueron aplazándolo día a día. Ayer, el Grupo de Trabajo reconoció su fracaso.El testigo lo tomó el ministro colombiano de Medio Ambiente, Juan Mayr. Cargó el protocolo sobre sus hombros y tomó como un desafío casi personal el que las Naciones Unidas puedan aprobar en marzo próximo la nueva regulación, que está pendiente desde la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, en 1992.

Mayr es el presidente de la Convención sobre Biodiversidad de la ONU que sólo debía firmar, entre el lunes y ayer, lo que redactaran los delegados. Finalmente tuvieron que remangarse y ponerse a trabajar. Mayr eligió a diez representantes de los distintos bandos y los convocó para trabajar sobre los cuatro artículos (de los 39 que contiene el protocolo) que quedan por redactar. Sobre el artículo 4, el que define sobre qué productos se aplicará, Mayr anunció ayer al mediodía que se habían conseguido importantes avances, aunque no especificó cuáles.

Los otros tres presentan un panorama más complicado. Estos son: el 5, llamado "acuerdo fundamental previo" y que pone las bases (los considerandos) del protocolo; el 15, que habla del etiquetado de los productos; y el 31, en el que se regula la relación del documento con otros acuerdos internacionales, especialmente problemática respecto a los tratados de la Organización Mundial del Comercio, que los países exportadores quieren respetar a rajatabla.

Fuentes del Centro de Convenciones de Cartagena indicaron ayer que, de fracasar el proyecto de Mayr, lo más probable es que los delegados decidan tener una nueva reunión (sería la séptima) en Montreal (Canadá), precisamente uno de los países más interesados, junto a EE UU, en conseguir un protocolo flexible e interesado por los beneficios comerciales de la biotecnología.

El último intento del Grupo de Trabajo, presidido por el danés Viet Koester, presentado el lunes, fue rechazado por más de 60 países, entre los que no estaba España ni la UE. El último borrador de Koester se había acercado a las posiciones de los países exportadores, y la UE lo había calificado como "relativamente equilibrado".

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