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Los ministros no logran desbloquear la cumbre del clima de Buenos Aires

Menem anuncia que Argentina reducirá sus emisiones de gases

La cumbre de Buenos Aires sobre el cambio climático inició ayer su tramo decisivo, el de la toma de decisiones por parte de los ministros de los países participantes, bloqueada y sumida en una grave confusión. El grupo de los países en vías de desarrollo (el llamado G77, más China) sufre divisiones internas; los ministros europeos reprochan a Austria, Gran Bretaña y Alemania el haber iniciado contactos con Estados Unidos sin el mandato de la Unión Europea; EE UU no asume ningún acuerdo mientras los países en vías de desarrollo no acepten reducir sus emisiones, algo que éstos rechazan; y los grupos que deben redactar los textos de trabajo no se ponen de acuerdo sobre el contenido de los mismos.

Los ministros presentes en la cumbre se encontraban ayer sin propuestas concretas sobre las que decidir, pese a los esfuerzos de última hora de las delegaciones. "Es el momento decisivo de la cumbre y las negociaciones no han avanzado", comentó la ministra española Isabel Tocino. La ministra destacó la dura postura de EE UU, que rechaza cualquier avance mientras los países en vías de desarrollo no asuman compromisos de reducción de emisiones.Tocino aseguró que la Unión Europea es partidaria de abrir varias líneas de negociación y manifestó su confianza en un nuevo comité en el que estén representados la UE, EE UU, el resto de los países desarrollados y representantes de Asia, Suramérica y África (22 miembros). "Buenos Aires no puede defraudar, tiene que ser el segundo paso en la línea marcada en Kioto", añadió.

A este paisaje se unió ayer el presidente argentino, Carlos Menem, que anunció ante el plenario de la cumbre que su país asume el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El anuncio de que Argentina se pone en cabeza de la lucha contra el cambio climático provocó diversas reacciones: desde el apoyo de los grupos ecologistas Greenpeace y WWF, hasta el temor de muchos delegados de que la postura argentina exacerbe el ya de por sí crispado ambiente entre los países en vías desarrollo (China, por ejemplo, se niega rotundamente a cualquier compromiso en tanto los países desarrollados no cumplan sus obligaciones en la reducción de emisiones).

El jefe de la delegación de EE UU, Stuart Eizenstat, se apresuró a elogiar la propuesta de Menem que calificó de "anuncio histórico" al subrayar que para hoy espera propuestas similares por parte de otros países en desarrollo.

En la madrugada del miércoles se rompieron de nuevo las negociaciones para alcanzar un consenso sobre una agenda de trabajo de cara a futuro. El objetivo era intentar establecer plazos y condiciones sobre los mecanismos enunciados en el Protocolo de Kioto para permitir a los países desarrollados cumplir sus compromisos de reducción de emisiones. Ayer los ministros de los diferentes países pusieron en marcha grupos de trabajo para salir del atolladero.

En cuanto a la ratificación del Protocolo, que todos los países de la UE han firmado ya, la ministra española destacó que "la gran batalla es lograr que firme EE UU para que el Protocolo de Kioto entre en vigor".

Esto se debe a que el documento tiene que estar ratificado por al menos 55 países que sumen al menos el 55% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Con las 59 firmas ya estampadas no se cubre ese 55%. "Con EE UU y Rusia cubriríamos el 53% de las emisiones", afirmó Tocino.

La ministra explicó ayer que para finales de este mes esta prevista su comparecencia en las Cortes para presentar una estrategia nacional del clima.

Joaquín Nieto, de CC OO, comentó en Buenos Aires que "las emisiones de CO2 en España están ya en un 16% por encima de los niveles de 1990 y el Protocolo de Kioto dentro de la UE permite a España un aumento máximo del 15% para el periodo del 2008 al 2010".

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