El calentamiento global y el ozono confluyen en Buenos Aires

Dos problemas derivados de la acción del hombre sobre la naturaleza han confluido en la cumbre del clima de Buenos Aires: la destrucción de la capa de ozono y el calentamiento global. Los delegados han acordado poner en marcha un mecanismo técnico que reúna el Protocolo de Montreal, que regula los compuestos destructores del ozono, y el Protocolo de Kioto, que promueve la reducción de gases de efecto invernadero. El problema es que los hidrofluorocarburos (HFC) y los perfluorocarburos (considerados como gases alternativos a los clorofluorocarbonados y, por ello, no perniciosos para el ozono) son, sin embargo, compuestos de efecto invernadero.

¿Están relacionados el agujero de la capa de ozono y el cambio climático? Los científicos no lo descartan, ya que el aumento de las temperatura en las capas bajas de la atmósfera, es decir, el calentamiento global, puede suponer un enfriamiento en las altas. Se sabe que las bajas temperaturas en la estratosfera generan un aumento de las nubes que intensifican la destrucción de ozono. Estas nubes están directamente relacionadas con el adelgazamiento de la capa de ozono sobre la Antártida en el invierno austral.

Con las negociaciones sobre los asuntos clave bloqueadas, la cumbre de Buenos Aires entra hoy en la fase de alto nivel político, con el discurso del presidente argentino, Carlos Menem, ante el plenario de la conferencia, que ya supera los 5.000 participantes.

También están presentes en la cumbre las confederaciones sindicales internacionales, que destacan las repercusiones que tendrá sobre el empleo la lucha contra el cambio climático. "Si no hay una decidida actuación internacional, la reducción de emisiones, por sus efectos sobre la industria, será devastadora. Perderemos millones de empleos en todo el mundo", señaló Joaquín Nieto, secretario de medio ambiente de CC OO y portavoz en la cumbre de la Confederación Europea de Sindicatos