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Siete luchadoras en pro de la mujer logran el Príncipe de Asturias de Cooperación

Emma Bonino, Rigoberta Menchú y Fatiha Budiaf, entre las galardonadas

"La causa de la defensa y la dignificación de la mujer" fue galardonada ayer en Oviedo con el premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, y personificada simbólicamente en la lucha ejemplar de siete mujeres de Europa, América, África y Asia por la igualdad de derechos: la argelina Fatiha Budiaf (Boudiaf, si se emplea la transcripción fonética francesa); la nigeriana Olayinka Koso-Thomas; la mozambiqueña Graça Machel; la guatemalteca Rigoberta Menchú; la afgana Fatana Ishaq Gailani; la camboyana Somaly Mam y la italiana Emma Bonino.

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Empeño común por la igualdad

Según el acta del galardón, el jurado quiere expresar con este premio "su preocupación por la situación de la mujer en muchos lugares del mundo, en especial en aquellos en los que sufre discriminación o se le niega su plena igualdad de derechos como ser humano".El premio, dotado con cinco millones de pesetas, y que será entregado el próximo otoño por el Príncipe de Asturias en Oviedo, fue concedido por decisión unánime de un jurado integrado exclusivamente por hombres y del que formaban parte, entre otros, los tres ex presidentes de Gobierno de la democracia española -Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo y Felipe González- y el ex presidente del Gobierno luso Francisco Pinto Balsemão. Según uno de los miembros del jurado, el fallo se adoptó por aclamación y sin necesidad de votar.

La candidatura de la lucha de la mujer por su dignidad fue propuesta por el violinista y premio Príncipe de Asturias Yehudi Menuhin, a la que se sumó otra en igual sentido presentada por el Consejo de Europa.

El jurado optó por personificar la distinción en siete mujeres que a su juicio "expresan simbólicamente en sus distintos campos de actividad el esfuerzo por mejorar la condición de la mujer y la del conjunto de las sociedades a las que sirven". Se trata de Fatiha Budiaf, argelina, representante de la fundación Boudiaf; Olayinka Koso-Thomas, de Nigeria y residente en Sierra Leona, donde trabaja hace más de 15 años por la abolición de la mutilación genital femenina; Graça Machel, de Mozambique, fundadora y presidenta de la fundación por el Desarrollo de la Infancia; Rigoberta Menchú, de Guatemala, premio Nobel de la Paz y participante en numerosas iniciativas de Naciones Unidas en defensa de las poblaciones indígenas latinoamericanas; Fatana Ishaq Gailani, presidenta del Consejo de Mujeres Africanas y residente en un campo de refugiados en Pakistán; Somaly Mam, originaria de la minoría étnica Phnong, de Camboya, y presidenta de la asociación Acción para Mujeres en Situación Precaria; y Emma Bonino, italiana y comisaria europea.

Felipe González destacó que todas las galardonadas "tienen un coraje difícilmente comparable" y un "carácter indomable para combatir la adversidad". Adolfo Suárez sostuvo que el premio trata de "hacer una llamada de atención a la conciencia de la comunidad internacional en favor de la igualdad de derechos. Leopoldo Calvo-Sotelo subrayó que es el galardón a "una causa noble: la de la defensa de la mujer, tan poco protegida en muchas áreas y en muchos lugares del mundo".

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