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Tribuna:CIRCUITO CIENTÍFICO
Tribuna
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Ciencia, tecnología y "pymes"

Observo últimamente el resurgimiento de un nuevo periodo de tensiones entre algunos científicos y el resto de este colectivo y los tecnólogos, por las novedades, presentes y futuras, en la configuración del sistema nacional de ciencia-tecnología-empresa. El motivo parece encontrarse en las diferentes opiniones mantenidas por uno y otro grupo con relación a la Oficina de Ciencia y Tecnología, creada recientemente por el Gobierno. Para algunos investigadores, el mero hecho de su creación pone en peligro sus actuales condiciones de trabajo. Por tanto, han emprendido una intensa campaña, cuyo objeto es cuestionar su utilidad.Esta actitud contrasta, no obstante, con la opinión de otros investigadores, como expresan, por ejemplo, en el Manifiesto de El Escorial: «El desarrollo científico y tecnológico que proponemos no se basa en ningún enfrentamiento entre lo que se llama las dos culturas sino, muy al contrario, en una progresión conjunta que beneficie a las dos al hacer que se comprendan y se complementen», porque, como subraya en otro lugar: «Esto es así porque en el mundo de hoy sólo se puede competir o con salarios bajos o con capacidad de innovación tecnológica, y España está obligada a seguir esta segunda vía si quiere evitar que su futuro corra un serio riesgo». Como representante de 3.100 tecnólogos, fue reconfortante encontrar que coincidimos plenamente en nuestros puntos de vista con un nutrido grupo de investigadores españoles.

Es conveniente indicar que la Oficina de Ciencia y Tecnología, adscrita a Presidencia del Gobierno, viene, entre otras cosas, a intentar planificar, coordinar y vertebrar la investigación básica con la innovación y la transferencia tecnológica a las empresas, obra titánica donde las haya.

En efecto, mientras la producción científica española ha alcanzado niveles de crecimiento muy considerables, la transferencia y la innovación tecnológica a las empresas españolas, así como la producción de bienes de alto contenido tecnológico, se encuentran en franca desventaja respecto de los demás países de la UE, Estados Unidos y Japón. Este fenómeno, que preocupa en la Unión Europea, ha sido bautizado con el término «paradoja europea». Pues bien, en España se le llama «paradoja al cuadrado» o «hiperparadoja española».

Así, hasta ahora, en la Federación Española de Entidades de Innovación y Tecnología (FEDIT), que presido, existe el convencimiento de que la innovación tecnológica ha recibido escasa atención institucional. A pesar de todo, los miembros de la FEDIT (un total de 57 entidades de innovación y tecnología) trabajan en estos momentos en miles de servicios (a veces tan pequeños que no procede llamarlos proyectos) de innovación y transferencia tecnológica para 16.000 empresas españolas, en su mayoría pequeñas y mediana, lo que supone una actividad de 26.000 millones de pesetas anuales.

Si como resultado de esa tarea de búsqueda de vertebración por parte de la citada oficina, se va a realizar, en un futuro, un apoyo más decidido de las Administraciones a la innovación tecnológica en las empresas, eso no debiera entenderse por parte de nadie como una amenaza para sus intereses. Ningún país puede, ni debe, renunciar a una ciencia de calidad, como ha llegado a ser la española, de lo que nos alegramos todos. Pero llega ahora el momento de aprovecharse de estos resultados. Por eso es necesario, ahora más que nunca, disponer de unas infraestructuras tecnológicas y de soporte a la innovación pensadas y adaptadas a las verdaderas necesidades de las empresas españolas, que como todo el mundo sabe, en su inmensa mayoría, son pequeñas y medianas.

José Manuel Giral Mañas es presidente de la Federación Española de Entidades de Innovación y Tecnología (FEDIT).

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