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"El caso contra Pinochet en España es un aliento para nosotros"

Fue una denuncia presentada por el Partido Comunista de Chile (PCCh) la que abrió el camino. El pasado 12 de enero, el juez Juan Guzmán, en una decisión inesperada, aceptó a trámite la querella criminal contra el general y ex dictador Augusto Pinochet por genocidio, homicidios múltiples, asociación ilícita e inhumación ilegal. La presidenta del PCCh, Gladys Marín, de 56 años, asegura, en una entrevista con EL PAÍS, que el sumario abierto en España contra Pinochet y los integrantes de la Junta Militar que gobernó entre 1973 y 1990 fue "un aliento, una ayuda" y "nos abrió mayores posibilidades también para iniciar esta querella contra Pinochet en Chile".

Marín viajará a España a finales de febrero o en marzo para prestar testimonio ante el juez Manuel García-Castellón, que instruye el sumario.

Gladys Marín cree que lo importante es que Pinochet declare y sea detenido por los delitos de que se le acusa, que ella estima no son amnistiables. A este diario añadió: "Sería interesante un careo entre Pinochet y Manuel Contreras [ex jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional Anticomunista (DINA), encarcelado en Chile por el asesinato del ex ministro de la Unidad Popular Orlando Letelier], ¿no?".

Sumando la querella del PCCh y el pronunciamiento de la Cámara de Diputados repudiando al general, Marín estima que se ha creado "una situación nacional de cuestionamiento a todo lo que ha sido la presencia nefasta de Pinochet en 17 años de dictadura", a los que agrega "los ocho años de la llamada transición a la democracia, que no es tal y la pretensión [de Pinochet] de estar al menos ocho años más en el Senado". Su conclusión: "Esto es inaguantable". Respecto a las posibilidades de que haya justicia, dice que "por lo menos la querella fue acogida"'. Marín confía en que algo del clima de rechazo a Pinochet existente en el país "se cuele a la justicia" y no descarta que haya una reacción del Ejército, sea amenazando, chantajeando o actuando de hecho.

Gladys Marín critica al Gobierno por presionar a los parlamentarios que iban a presentar una acusación constitucional contra Pinochet mientras sea jefe del Ejército, pero que postergaron para cuando éste haya salido de las filas. "Todo lo que el Gobierno está haciendo es presionar para volver a la normalidad, como tanto les gusta decir, para que Pinochet ingrese al Senado lo más tranquilo posible".

Seguirá el militarismo

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La presidenta del PCCh que el próximo retiro de Pinochet constituya el fin de la transición. "Al contrario, va a haber un mayor entrampamiento en este camino que queremos hacer hacia la democracia, y que se alarga y alarga hasta el próximo milenio así como vamos". Según ella, el peso del militarismo y del modelo que creó el general se mantendrá y sólo podrá haber cambios con movilizaciones. Marín explicó al juez que con el ataque de los militares sediciosos al palacio de la Moneda, que provocó la muerte de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973, "se inicia la tragedia de Chile, que son allanamientos, toque de queda, estado de sitio, se clausura la vida democrática y empieza la eliminación física de todos aquellos a quienes él [Pinochet] consideraba sus opositores". Aquí están "requetecontra configurados los delitos de crimen contra la humanidad".Su esposo, el ingeniero Jorge Muñoz, miembro de la dirección del PCCh, fue detenido por la DINA el 4 de mayo de 1976, y desde entonces está desaparecido. Es uno de los cuatro dirigentes comunistas citados en la querella contra Pinochet. Marín ha hecho numerosas gestiones para encontrarlo, y hace poco supo, que el último lugar donde se le vio con vida fue en la colonia Dignidad, integrada por emigrantes alemanes próximos a la ultraderecha y bajo la sospecha de haber sido utilizado como campo de torturas de la DINA.

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