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Los parados desbordan al Gobierno con nuevas protestas en toda Francia

El primer ministro francés, Lionel Jospin, está dispuesto a hacer rápidas concesiones a los parados de larga duración para evitar, la prolongación y extensión de un movimiento que divide y debilita al Ejecutivo de coalición y al conjunto de la izquierda política. y sindical. En constraste con el silencio o el tono descalificatorio utilizado días atrás, la ministra de Empleo, Martine Aubry, y el resto de los dirigentes socialistas expresaron su respaldo a un movimiento que ayer sacó a la calle a unos 20.000 parados y dio muestras de consolidación.

Jospin, que hoy mismo recibirá a representantes de los parados y de los sindicatos, anunciará pronto una serie de medidas destinadas a mejorar la situación individual de los desempleados y a reconducir una dinámica contagiosa entre los tres millones de parados franceses que cuenta con el comprensión, evaluda por las encuestas, de la gran mayoría de la población. También la oposición liberal se sumó al carro de la solidaridad con los desempleados, al tiempo que los dirigentes del Frente Nacional (FN), Bruno Mégret y Bruno Gollnisch, reclamaban la solución del problema y, de paso, exigían la expulsión de las familias de los delincuentes extranjeros menores de edad. "Estamos en la antesala de que se produzca un fenómeno de intifada en los suburbios" enfatizó Mégret.Tras expresar su "comprensión" hacia el movimiento de los parados, el presidente de la Unión para la Democracia Francesa (UDF), Frangois Leotard, descalificó "severamente" al Gobierno porque, a su juicio, "no ha tenido en cuenta el problema del desempleo". Según Leotard, los proyectos gubernamentales de instaurar la semana laboral de las 35 horas y de crear 350.000 empleos en áreas vinculadas a la Administración no cuentan en absoluto porque tendrán un efecto pernicioso en la creación de empleo.

A la vista del serio desgaste y de la extensión de la protesta de los parados, que buscan constituirse en un frente de presión permanente, los socialistas han optado por recomponer la unidad básica con los comunistas y verdes para garantizar la estabilidad gubernamental y no ofrecer un flanco fácil a la oposición. Dirigentes verdes y comunistas se mostraron ayer abiertamente en la manifestaciones.

Medidas de urgencia

François Hollande, secretario general del Partido Socialista (PS), anunció que ha pedido al Gobierno la adopción de medidas de urgencia para facilitar la reinserción de los parados de larga duración. En un gesto significativo de que habían comprendido que el Gobierno parece dispuesto a resolver el problema, los 3.000 manifestantes parisinos se concentraron a media tarde ante el Ministerio de Hacienda, tras abandonar la sede de la Unedic, el organismo paritario de sindicatos y patronal que gestiona el subsidio de desempleo. Ayer, el consejo de Unedic anunció que iba a destinar 12 millones de francos (300 millones de pesetas) a los casos más urgentes.Hollande pasó al contraata que con una descalificación a la patronal francesa de la CNPF que, en línea con la política de oposición frontal al Gobierno adoptada tiempo atrás, se ha negado a considerar la cobertura de paro para los empleos jóvenes propuesta por Aubry. "La CNPF instrumentaliza la miseria y la angustia de los parados", subrayó el dirigente del PS.

Impulsado por pequeños grupos que se apoyan en la experiencia y la base organizativa de la central comunista, la CGT, el movimiento superó ayer con éxito la prueba de la 'Jornada de movilizaciones". Aunque la respuesta fue desigual, la convocatoria reunió a unas 20.000 personas en toda Francia.

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