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Un alcalde democrático para Londres

El Gobierno de Blair se propone devolver a la capital el poder de decisión que le arrebató Margaret Thatcher

El Gobierno de Tony Blair va a cumplir una de sus promesas estelares en las pasadas elecciones: emprender una reforma constitucional que permita la elección directa de un alcalde para el área metropolitana de Londres. La propuesta laborista, que incluye también la creación de una asamblea unitaria, se decidirá en mayo en un referéndum. De aprobarse por el electorado londinense, Londres tendrá su primer alcalde electo en el 2000.Los sondeos de opinión indican un elevado grado de confusión entre los londinenses respecto a la asignación de responsabilidades en la gestión local. El electorado, estimado en unos cinco millones de individuos, no sabe con certeza a quién dirigir sus quejas cuando el metro incumple sus horarios, el tráfico se colapsa en el centro de la capital o la basura sigue inundando las calles menos turísticas.

La causa de tanta confusión se identifica con la abolición, en 1986, del Consejo para el Gran Londres (GLC). La entonces primera ministra, Margaret Thatcher, prescindió de esta autoridad local, bastión, a su entender, de los llamados lunáticos de izquierda. Londres perdió, por tanto, su voz unitaria y quedó a merced de una serie de organismos conjuntos no electos y supervisados por los 33 Ayuntamientos locales, además del propio Gobierno central.

Una década más tarde, el Ejecutivo laborista inicia los trámites parlamentarios para devolver a Londres cierta autonomía y uniformidad en la gestión local. "Los londinenses quieren que, alguien hable por su capital. Alguien que pueda abordar los problemas y promover sus intereses", defendió el viceprimer ministro, John Prescott, al presentar las propuestas.

Propuestas del Gobierno

El Gobierno propone la creación de una Autoridad para el Gran Londres (AGL), integrada por un alcalde, elegido directamente por el electorado, y una asamblea democrática. El alcalde será responsable del presupuesto anual, transporte público y tráfico rodado, policía metropolitana y servicio de bomberos, desarrollo económico y la protección del medio ambiente en la gran urbe. Deberá, además, presentar propuestas respecto a eventos culturales y deportivos, y hablar por y para todos los londineses.Para evitar los abusos del pasado, la asamblea podrá vetar el presupuesto y los cargos propuestos por el alcalde. Su composición será mínima -entre 24 y 32 miembros-, y su actuación no debe interferir la labor propia de los 33 municipios, incluida la City. "La Autoridad para el Gran Londres no duplicará el trabajo de los Ayuntamientos", señaló el viceprimer ministro.

El nuevo plan para Londres se encuentra todavía en una fase preliminar. Hay un plazo de tres meses para enviar al Gobierno sugerencias respecto a las competencias y sistema de elección. La propuesta definitiva se presentará en el Parlamento en la primavera, y el electorado decidirá en el plebiscito el 1 de mayo.

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