LA ERÓTICA DE LOS CALLOS GALLEGOS
El delegado del Gobierno en Galicia, José Miguel Diz Guedes, recibió el domingo el Callo de oro que otorga el Ayuntamiento de Salceda de Caselas (Pontevedra) en su festa dos callos. La pregonó el consejero de la Xunta, sin cartera, Víctor Manuel Vázquez Portomeñe, que evitó detenerse, para general desconsuelo, en la más destacada virtud de esos callos: sus propiedades afrodisiacas. Casi 15.000 personas acudieron por ello a su degustación. Pero una docena de alcaldes, el gobernador civil, el presidente de la Diputación, delegados de varias consejerías de la Xunta y José Cuiña, secretario general del PP gallego y titular de Política Territorial, convirtieron esa fiesta gastroerótica en una convención conservadora. Los callos de Salceda son afrodisiacos, según opinión unánime, gracias a una pimienta negra traída de Jamaica y a un potenciador misterioso, que surte efectos erotizantes en combinación con los elementos clásicos de los callos a la gallega, que en Salceda fueron 800 kilos de callo puro de vacuno, 450 de patas de ternera, 1.100 de garbanzos, 95 de lacón, 80 de chorizo, 290 de rustrido (fritura sazonada: aceite, cebolla, ajo, pimentón, tomillo y harina) más agua y sal, cominos, pimienta autóctona, clavillo y laurel. "¡Callos para todos!", impuso el chef Cuiña, "¡Y que nadie me los devuelva!". Apenas si logró audiencia, Amado Ricón, el flamante- alcalde de Redondela.-
