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La dimisión de su asesor electoral por un lío de faldas empaña la gran noche de Clinton en Chicago

Antonio Caño

El paseo de Bill Clinton hacia la reelección se vio ayer entorpecido por un nuevo escándalo sexual en su entorno. Dick Morris, su principal asesor político y el arquitecto de la transformación del presidente norteamericano en un líder popular y victorioso, presentó su dimisión al conocerse que había estado confesando secretos a una prostituta de 200 dólares la hora (25.000 pesetas) con la que tenía relaciones desde hacía meses. La noticia, que causó conmoción, en la convención que el Partido Demócrata celebra en Chicago, oscureció el impacto del discurso que Clinton tenía previsto pronunciar la pasada madrugada en la clausura de la reunión del partido, tras su proclamación unánime como candidato a la Casa Blanca.

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La caída de Morris por una circunstancia como la revelada es uno de los peores fiascos que podía imaginar Clinton, que había puesto en las manos de ese controvertido personaje todo el peso de esta campaña electoral, en contra de la opinión de otros altos funcionarios de la Casa Blanca y de destacados dirigentes del Partido Demócrata.Aún sin aceptar las acusaciones hechas contra él, Dick Morris hizo público ayer un comunicado en el que anunciaba su dimisión para no convertirse en objeto de polémica política cuando faltan poco más de dos meses para las elecciones del 5 de noviembre: "Mientras estuve en mí cargo intenté mantenerme en un segundo plano, porque no quería convertirme yo en el mensaje. Ahora renuncio porque no quiero convertirme en el tema de discusión". Clinton, que aceptó la dimisión, declaró: "Morris es mi amigo y un gran estratega político. Le estoy muy agradecido por los dos años que ha trabajo a mi servicio".

Morris había contado a una prostituta, según publicó el semanario sensacionalista Star y recogió ayer The New York Post, detalles secretos sobre su labor en la Casa Blanca. Le había permitido escuchar conversaciones privadas con el presidente y le había leído discursos que iban a ser posteriormente leídos en la Convención Demócrata. El Post aseguró que los datos conocidos forman parte de un diario que la prostituta había escrito desde que entró en contacto con Morris.

Revelación sobre Marte

Según el diario, la mujer contó que el asesor de Clinton le había anticipado "una noticia que sólo sabían siete personas en el mundo", y que resultó ser el descubrimiento de posible vida, en Marte. En sus conversaciones, de acuerdo a las mismas fuentes, Morris se refería al presidente como "el monstruo" y a la primera dama, Hillary Clinton, como "el huracán". The New York Post afirma que Morris se reunía con la prostituta, de 37 años y de apellido Rowlands, en el hotel Jefferson de Washington cuando el político se desplazaba a esta capital desde su residencia habitual en el Estado de Connecticut, cerca de Nueva York, donde vive con su esposa.La dimisión de Morris es un inesperado revés para Clinton, justo cuando difrutaba de una cómoda ventaja en las encuestas sobre su rival republicano, Bob Dole, y precisamente cuando esta campaña empezaba a parecer decantada en favor del presidente. Y le afecta en su talón de Aquiles: la credibilidad.

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Anoche, en la convención demócrata, algunos delegados no ocultaban su decepción, pero confiaban en que Clinton sabrá salir del aprieto. "Es un simple golpe en el camino", declaró la senadora por California Dianne Feinstein. La conmoción contrastaba con el júbilo en el bando republicano. Un portavoz de Dole pronosticó que las malas artes van a ser parte de la campaña a partir de ahora.

Clinton desea que los norteamericanos le reelijan para dirigir al país al siglo XXI, informa José Manuel Calvo desde Chicago. Para ello, en su discurso de aceptación de la pasada madrugada -después de haber sido el primer presidente demócrata designado por unanimidad desde

1936- y en un ambiente de arrolladora euforia, quiso presentar su visión del futuro, recordar sus logros, ofrecer medidas de alivio fiscal -con la novedad de una importante exención para los que venden su casa- y hacer propuestas concretas de creación de empleo, transformación de las ayudas sociales, educación y medio ambiente. Medidas pensadas para contrarrestar las ofertas fiscales de Dole.

Clinton quiso que su intervención, que coronó una convención de la que los demócratas salen unidos y con la moral por las nubes, coincidiera con los resultados de nuevos sondeos de opinión que devuelven al presidente una notable ventaja sobre Dole. Su discurso iba a girar sobre tres ejes: economía, calidad de vida y futuro. Los éxitos de su Gobierno en el recorte del déficit, la creación de puestos de trabajo y la marcha de la economía unidos a las medidas tomadas para mejorar la vida de los norteamericanos permiten elaborar unos planes para los próximos cuatro años que contrastaban con el lastre del pasado asociado a Dole.

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