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Ecuador elige presidente en medio del escepticismo

Juan Jesús Aznárez

ENVIADO ESPECIALEcuador elige hoy presidente y vicepresidente, 12 diputados nacionales, 70 provinciales. 27 alcaldes, 819 concejales y otros 266 cargos regionales. Con bastante más pena que gloria, abandona la jefatura del Estado el conservador Sixto Durán Ballén. Nueve candidatos a la presidencia de esta nación suramericana, de once millones y medio de habitantes, prometieron el oro y el moro a un electorado incrédulo por saturación de incumplimientos. La cuadratura del círculo es un hecho en algunos programas expuestos en campaña.

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Nueve aspirantes a la jefatura del Estado

Mayoritariamente aplaudido en la investidura de 1992, el presidente saliente, Sixto Durán Ballén, de 74 años, aplicó un programa de ajuste y liberalización que mejoró la macroeconomía del país, pero descuidó la solución de sus grandes problemas sociales: una pobreza que castiga a cerca de la mitad de la población y se manifiesta, lacerante, en los altos índices de desempleo, desnutrición infantil o insalubridad.La octogenaria Consuelo Dávila Burbano, mendiga en una confluencia del Ecuador indigente, votará, como muchos desesperados, al populista Abdalá Bucarám -del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE)- para que le asigne una esquina en propiedad. También con la mano tendida, Azucena Guzmán pide trabajo y escuelas.

Durán Ballén entregó el manejo de la economía a su vicepresidente, Alberto Dahik: las reservas monetarias, 782 millones de dólares hace cuatro años, aumentaron hasta 1.618 millones en el pasado ejercicio, y la inflación, que alcanzó un 54,6% de promedio en el anterior mandato (socialdemócrata Rodrigo Borja, 1988-1992), bajó hasta el 22,8% en 1995. Se controló el cambio, fueron renegociados gran parte de los 12.000 millones de dólares de deuda externa y el capital privado. entró en concesiones o empresas estatales. El PIB ha crecido un 2,3% en lo que va de año, según el Banco Central.

La Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes) reconoce, sin embargo, que las optimistas expectativas de finales de 1994 se hundieron como consecuencia de la devaluación mexicana y efecto tequila registradas a finales de ese año, el estallido de la guerra fronteriza con Perú a principios del siguiente y la crisis política entre el Congreso y el Gobierno, que llevó a la renuncia de Dahik y su fuga a Costa Rica horas antes de que se ordenase su encarcelamiento acusado de enriquecimiento ilícito con fondos reservados. Este jueves, la Corte Suprema solicitó su extradición y la de otros implicados en una, malversación de ocho millones de dólares (1.016 millones de pesetas): sus dos secretarios y el ex cancilller Diego Paredes.

El cúmulo de adversidades interrumpió la optimista racha macroeconómica, la prometida atención al pobre una vez concluida la reforma del Estado, y causó una retirada de capitales extranjeros, atraídos en los primeros años del mandato por la apertura de un mercado con grandes posibilidades. Cual vaya a ser la verdadera gestión del próximo Gobierno -en un país en el que se observa la tendencia del Ejecutivo entrante a desmarcarse del saliente- es todavía una incógnita pese a que el aspirante destacado en las encuestas, el conservador Jaime Nebot, apoyado por el grueso del empresariado y la Banca, se haya declarado favorable a continuar con las privatizaciones y empeñase su palabra en la erradicación de la miseria.

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"Son unos pícaros", denuncia el camarero Antonio Castillo, definitivamente irrecuperable para la democracia. "Algunos de los candidatos me recuerdan a Cantinflas no hay quien les entienda. Yo voto porque es obligatorio, y la mayoría, también. Pregunte, pregunte". Coincidiendo con la aseveración del desahuciado, responde Jaime Durán, directivo de la encuestadora Informe Confidencial: "El sistema político en su conjunto está muy desprestigiado, y el 60% de los ecuatorianos no votaría si fuera optativo". La campaña fue colorista, ruidosa, menos virulenta que la anterior y abundante en demagogia y propuestas eclécticas, a las que se refiere la analista Anunziatta Valdez de Ferrin: "No es raro encontrar en el mismo programa de Gobierno apoyo al sindicalismo público del más puro estilo estatal, junto a propuestas de corte liberal".

¿Cuáles son las preocupaciones de los ecuatorianos? Un estudio de Unicef cita, en primer lugar, la económica, seguida por la deficiente gestión gubernamental, la delincuencia y la corrupción. La mayoría de los 2.200 consultados sostienen que quienes mejor representan los intereses de los ecuatorianos son ellos mismos; después, el municipio, el Gobierno y la Iglesia. El desarrollo pendiente es de envergadura: en la sierra la indigencia trepa hasta el 76% y 810.000 niños y adolescentes deben trabajar para ayudar a la familia. Reducir la pobreza supone invertir el 45% del Presupuesto del Estado: en 1994, la partida de gastos sociales cayó del 38,3% al 24,5%, y subió al 25,5% en 1995, según Míriam de Figuera, representante en el país de Unicef.

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