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Una continua huida hacia adelante

Durante años, Hersant supo reforzar la influencia de su grupo comprando sin cesar nuevos títulos. Era la huida hacia adelante permanente. Nadie como él ha sabido difundir rumores sobre la hipotética venta de alguno de sus diarios ' manera de contentar a los acreedores y de hacer subir el precio. Luego, cuando las urgencias económicas podían contrarrestarse con las políticas, la venta se desvanecía. En 1993 la derecha ganó de manera apabullante las legislativas y los servicios de Hersant parecieron supérfluos a quiénes ya se veían diputados por mil años. En 1996 esos mismos diputados eternos se preguntan por la identidad del futuro director de Le Figaro o intentan ser mejor tratados por la prensa de su circunscripción.Hoy, la prensa francesa atraviesa una nueva crisis. En 1996 ha cerrado InfoMatin, Libération ha pasado bajo control del grupo Chargeurs y Le Monde ha cambiado su domicilio para poder afrontar sus deudas. Mientras varios semanarios siguen siendo rentables, la prensa diaria de ámbito nacional tiene índices de lectura muy por debajo de los alemanes o británicos.

Más información
La herencia ruinosa y codiciada de Hersant

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