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Diana acepta divorciarse del Príncipe de Gales

Lady Di ha aceptado por fin la propuesta de divorcio que le presentó el príncipe Carlos de Inglaterra el pasado diciembre, y acabar con sus casi tres lustros de matrimonio. Según el comunicado oficial difundido a última hora de ayer, la princesa de Gales desea mantener su título, su residencia londinense en el palacio de Kensington y participar en todas las decisiones relacionadas con sus dos hijos, los príncipes Guillermo, de 13 años, y Enrique, de 11. El palacio de Buckingham, residencia oficial de la reina Isabel, se reservó anoche cualquier comentario respecto a la decisión de la polémica nuera.

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El silencio palaciego contrasta con la intervención, directa y personal, de la propia reina el pasado diciembre. Entonces, Isabel Il envió sendas cartas a su nuera y a su hijo exigiéndoles un divorcio rápido y limpio. Anoche, varios diputados británicos pidieron al Gobierno que informe sobre el divorcio en la Cámara de los Comunes. Diana, de 34 años, ha consentido en divorciarse, tras dos meses de pensárselo por la incertidumbre ante un futuro que le aleja del centro de gravedad de la familia real, y, quizá, por temor a que el divorcio deje libre el camino hacia un posible matrimonio entre el príncipe Carlos, de 47 años, y Camilla Parker Bowles, al parecer su amor de toda la vida.

Asesorada por su abogado, Anthony Julius, Diana quiere lograr unas condiciones de divorcio que apenas modifiquen su actual estilo de vida. "Todos los detalles sobre el divorcio quedan pendientes de discusión y de acuerdo. Las negociaciones acaban de comenzar", explicó ayer Julius.

No obstante, se sabe que el acuerdo económico podría elevarse a unos 3.000 millones de pesetas, lo que proporcionaría a la princesa unas sustanciosas rentas anuales igual o próximas a los 93,7 millones de pesetas que, según las cifras que circulan, utiliza para sus gastos en la actualidad.

Diana desea sobre todo mantener su residencia de Londres, el palacio de Kensington, que desde su matrimonio, en 1981, y hasta finales de 1992, compartió con el príncipe Carlos. Aquí seguirán alojándose sus dos hijos, Guillermo y Enrique, durante las vacaciones escolares. Los dos niños cursan sus estudios en régimen de internado y, tras el divorcio, cualquier decisión que ataña a su educación o futuro deberá consultarse con Lady Di. Así lo confirma el comunicado oficial en un apartado que especifica concretamente que la princesa "estará implicada en todas las decisiones relacionadas con los niños".

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La noticia no ha sorprendido a nadie. Desde la atrevida entre vista en televisión, que Diana protagonizó el pasado diciembre, y que motivó la orden de divorcio, por parte de la reina, los británicos se preguntaban simplemente cómo y cuándo tendría lugar la ruptura legal del matrimonio. "La reina se ha mostrado muy interesada por la noticia y la decisión de Diana", dijo el abogado Julius mientras Buckingham callaba.

Lady Diana Spencer quiere conservar también su título de Princesa de Gales. Asegura que retenerlo le servirá de salvaconducto a la hora de recaudar fondos para las fundaciones benéficas que representa. Porque, aunque se contenta con "ser reina en los corazones de la gente", Diana sabe que, en calidad de madre del próximo heredero a la corona británica, su nombre debiera ir precedido por siglas reales. Y porque de princesa la seguirán tratando en sus frecuentes salidas al extranjero donde, como señaló en su intervención frente a las cámaras, desea representar al Reino Unido en calidad de "embajadora".Relaciones públicas

En círculos políticos se reconoce la valía de la Princesa de Gales en cuanto a relaciones públicas se refiere. El propio primer ministro, John Major, parece respetar este deseo que la princesa le comunicó en una conversación privada el año pasado. El líder de la oposición, Tony Blair, desea también que Diana enfoque su popularidad, habilidad y su gran estima social entre los británicos en el interés del país.

Sorprende quizá la reticencia de Diana a independizar su oficina de las instalaciones que comparte con el príncipe Carlos. Según las últimas informaciones, Lady Di desea mantener su esfera de trabajo en el palacio de San Jaime, donde acude en régimen parcial su nueva colaboradora, Jane Atckinson, especializada en relaciones públicas.

Julius advirtió que las negociaciones llevarán tiempo, pero Diana ha dado ya el paso definitivo que no admite la marcha atrás. Tras consentir a la solicitud de su marido, y una vez ajustados los detalles, el divorcio será realidad en unos pocos meses.

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