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Carlos de Inglaterra, ¿un rey sin reina?

Isabel Ferrer

La próxima coronación de un monarca en Inglaterra será distinta a lo imaginado por los británicos cuando Carlos y Diana de Gales se besaron en el balcón del Palacio de Buckingham. El futuro rey no acudirá acompañado de su popular esposa, y ella no será nunca reina consorte. Pero eso es todo. Ni el Estado ni la iglesia anglicana han puesto obstáculos a la entronización de un divorciado. Carlos sucederá a su madre Isabel II, porque su posición no depende de su matrimonio. Es el heredero y nada, a no ser sus propias decisiones, obstaculiza el destino para el que se ha preparado toda la vida.Cogidos por sorpresa, pero sin un asomo de, duda, así lo afirman los constitucionalistas británicos. Uno de ellos, lord St. John of Fawsley, ha ido ún más lejos en su defensa de la sucesión al trono. "La sociedad ha cambiado y la casa de Windsor no puede ser obligada a mantener unas normas de conducta inflexibles", ha dicho. Como sus colegas, lamenta el divorcio de los príncipes de Gales, "pero no es posible que la monarquía entre en el siglo XXI incólume. La afligen los mismos males que al resto de nosotros". Para él, Carlos de Inglaterra saldrá reforzado de este trance y podrá trabajar mejor.

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En la iglesia anglicana hay voces disidentes que rechazan la figura (le un rey divorciado. La postura oficial, no obstante, acepta a Carlos como su monarca y su cabeza visible, un título este último honorífico. El príncipe ha mostrado además su deseo de representar a todas las creencias, una forma de ecumenismo acorde con los tiempos y que suele ser respetada.

Para los historiadores, el divorcio ha quebrado el mito de la monarquía como institución lejana y perfecta. Del Palacio de Buckingham emana una "familia real" con dos modelos. El valedor de causas multiculturales y multirraciales es Carlos. La fama alcanzada por la ruta más rápida, la Prensa sensacionalista, la encarna Diana.

Frente a ellos, otra mujer, Camilla Parker Bowles, amiga y amante reconocida de Carlos de Inglaterra, que se divorció tras hacerse públicos sus amoríos con el heredero de la Corona británica. Pero son pocos los que creen que Camilla se convertirá en la nueva esposa del príncipe de Gales. Su condición de divorciada desestabilizaría aún más la Casa de Windsor y, al menos de momento, Carlos ha asegurado a sus amigos más cercanos que no volverá a casarse, por lo que el trono de la reina quedaría vacío.

Mientras, la actual soberana, Isabel II, es la que recibe los elogios desde todos los puntos de vista. Quienes hoy critican a Diana sólo esperan que el rey divorciado acabe reinando sin más peso que el de la púrpura.

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