Una investigación halla en un fallo del cerebro la causa de ciertas dislexias
Los investigadores afirman que han detectado un defecto esencial del cerebro que puede ser un factor importante en el desarrollo de algunas formas de dislexia, incapacidad para aprender que afecta a millones de personas, colegiales y adultos. El nuevo hallazgo, publicado el lunes en las actas de la Academia Nacional de las Ciencias, indica que la dislexia no es básicamente un problema visual o auditivo corriente, como muchos creen, sino un defecto de un circuito específico del cerebro que se ocupa de la información auditiva que fluye con rapidez. Aunque el estudio está. siendo muy alabado por los investigadores especializados en el cerebro, la mayor parte de los expertos en dislexia no ha tenido tiempo para valorar las nuevas afirmaciones.El estudio descubrió que los sectores del hemisferio izquierdo del cerebro de los niños diléxicos suele contener pocas células de las que se especializan en comprender sonidos rápidos y que este problema de comprensión es un factor importante en la posterior dificultad a la hora de aprender a leer. Los investigadores dicen que los efectos de la dislexia empiezan en la infancia, cuando estos niños son incapaces de oír muchos componentes del lenguaje corriente.
Los métodos para el tratamiento de la dislexia han tenido por lo general un éxito irregular. La nueva investigación es importante porque, de ser confirmada por otros investigadores, propone una nueva forma de entender el problema, lo que podría dar lugar a nuevos tratamientos.
"Este es un problema médico con una base neurológica" dice Paula Tallal, jefa de la investigación. "No es culpa del niño, de los padres o de los colegio". En marzo, la fundación Charles A. Dana de Nueva York concedió una beca de 2,3 millones de dólares (casi 300 millones de pesetas) a Tallal y su equipo.
Tallal empezó a trabajar con la dislexia a principios de los setenta. Según ella, en aquella época, los educadores ponían casi todo el énfasis en el análisis de la lectura. Logopedas y especialistas en la visión prestaban gran atención a los ojos y oídos y aconsejaban diversos ejercicios.
