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La piratería causa 46.500 millones de pérdidas al sector informático español

Las empresas de informática, un sector en expansión y con un futuro por todo lo alto, tienen un talón de Aquiles: el software. Si bien los usuarios tienen que atenerse a las estrictas reglas del mercado para adquirir un ordenador, los programas pueden copiarse, con cierta facilidad, por manos expertas. Esta ¡legal competencia supuso para el sector el año pasado pérdidas estimadas en 12.800 millones de dólares (casi dos billones de pesetas) en 54 países del mundo.España, donde la piratería informática afecta a un 88% de los programas que se utilizan, acarreó pérdidas de 46.500 millones de pesetas a lo largo de 1993, de acuerdo con las cifras hechas públicas ayer en Londres por la Alianza Empresarial de Software (BSA), que aglutina a empresas del sector en 50 países del mundo y a los 15 principales fabricantes en Europa.

Apoyada en la inmensa fuerza económica de las empresas informáticas, la BSA ha logrado modificar la legislación en casi toda Europa.

Ley esperanzadora

En España existe ya, desde diciembre del año pasado, una Ley de Protección Jurídica de Programas de Ordenador, ajustada a la directiva europea en este sentido, en la que las empresas informáticas tienen puesta toda su confianza. De hecho, la Asociación Española de Empresas de Tecnología de la Información (SEDISI), integrada en la BSA, tiene previsto llevar en breve ante los tribunales civiles a tres empresas bajo la acusación de piratear programas.

La nueva ley permite a los jueces ordenar registros sorpresa y contempla numerosas sanciones de carácter civil contra los infractores. Los datos ofrecidos ayer en Londres por el asesor legal de la BSA, Evan Cox, y por el director de la asociación de empresas de informática británica, FAST, Robert Hay, permiten aventurar que la práctica de la piratería informática no conoce fronteras ni estamentos.

Empresas privadas y organismos gubernamentales, consumidores privados y enormes multinacionales, todos los sectores de la economía están afectados por el mal, unas veces consciente y otras inconscientemente. De ahí que la BSA, una asociación dedicada enteramente a luchar contra la piratería desde 1989, esté decidida a involucrar a todo el aparato de seguridad de los estados en la represión de lo que consideran un delito más de nuestro tiempo.

Esta ofensiva ha sido especialmente espectacular en Italia, donde coincidió con la operación "manos limpias" desarrollada por la judicatura y una decidida acción policial, con lo que se ha logrado reducir el número de programas piratas del 80% al 50% a lo largo de 1993. Italia ha contribuído así al descenso de los porcentajes de piratería en Europa, que representan el 38% de las pérdidas globales del sector.

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