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Una firma de Berlusconi pago comisiones al PCI y al PSI entre 1988 y 1990

Edilnord, una de las empresas de construcción en que se basó la fortuna del magnate de la televisión privada Silvio Berlusconi, pagó 1.300 millones de liras (más de 100 millones de pesetas) a representantes lombardos socialistas y comunistas entre 1988 y 1990, cuando el empresario metido ahora a político era todavía dueño de Edilnord. Así lo ha confesado su hermano, Paolo Berlusconi, al que Silvio transfirió la propiedad de Edilnord en 1992, cuando la investigación de Manos Limpias había comenzado."Paolo actuó obligado por un estado de necesidad. Era imposible escapar a aquella petición porque se hubieran derivado daños irreparables para la empresa", manifestó el pasado viernes Silvio Berlusconi. La noticia era forzosamente desagradable para un hombre que pretende ser la gran novedad política en el marco de una clase dirigente diezmada por las investigaciones judiciales sobre corrupción, además de un empresario hecho a sí mismo sin la ayuda de los políticos.

El grupo de Berlusconi no se había visto seriamente afectado por la acción de los jueces hasta el pasado 11 de febrero, cuando Paolo fue detenido por el presunto pago en 1983 de otra comisión -en esta ocasión a socialistas y democristianos- asociada a la venta a un banco público de apartamentos construidos por Cantieri Reuniti Milanesi, otra constructora que hasta 1992 perteneció a Fininvest, el grupo de Silvio Berlusconi. Los colaboradores del presidente de Forza Italia están además bajo investigación por el presunto pago de comisiones Ilegales para la obtención de las frecuencias por las que emite la red televisiva de Fininvest.

Corruptores o víctimas

La reacción de Silvio Berlusconi tras la confesión de su hermano no es precisamente novedosa, ya que todos los empresarios grandes o pequeños que saltaron antes que él en las redes del tráfico de comisiones ilegales han utilizado su misma defensa: que no han sido corruptores, sino víctimas de un acto irresistible de prevaricación por parte de los políticos.

La noticia de la confesión de Paolo Berlusconi se conoció durante las mismas horas de la noche del viernes en que Silvio remitió su carta de protesta al presidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro, por el registro de sus empresas y las peticiones judiciales de arresto de dirigentes de Fininvest, supuestamente implicados en la creación de fondos negros, como los utilizados por Edi1nord para pagar la comisión de 1.300 millones.

La carta fue remitida ayer sin comentarios por Scalfaro al Consejo Superior de la Magistratura (CSM), órgano regulador de la Administración de justicia italiana, que ya había advertido, a través de su vicepresidente, que será archivada.

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La confesión de Paolo se produjo al margen de estos hechos. Los magistrados que han logrado que el hermano de Berlusconi reconozca haber autorizado pagos a políticos para conseguir acelerar la tramitación para construir una urbanización en Milán pertenecen a la Audiencia de la capital lombarda, pero no al grupo de Manos Limpias. Uno de estos últimos es denunciado como autor de una persecución movida por intereses políticos en el recurso de Berlusconi a Scalfaro.

Por otra parte, Carlo Sama, ex consejero delegado del grupo Ferruzzi, comunicó el viernes al fiscal milanés Antonio Di Pietro los nombres de al menos seis periodistas de cabeceras italianas importantes que, según el denunciante, cobraron en 1992 una suma global próxima a los 2.000 millones de liras por contribuir a relanzar la imagen de la familia Ferruzzi tras su ruptura con el cuñado Raúl Gardini.

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