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Salinas ofrece el perdón a los rebeldes tras una semana de combates en el sur de México

El presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, anunció la noche del viernes que su Gobierno estudia perdonar a todo aquel rebelde que "por el engaño" fue arrastrado por el Ejército Zapatista de Li beración Nacional (EZLN), y reconoció por primera vez oficialmente que la insurrección de Chiapas ha sido alentada por un grupo extranjero. Las palabras de Salinas formaban parte de su primer mensaje televisado a todo el país en tomo a estossucesos y de su contenido se deduce que busca, quebrar la moral de la guerrilla, que ahora se refugia en la montaña, para de una vez poner fin al conflicto. La insurrección armada de Chiapas cumple hoy su primera semana.

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Salinas compareció seguro en el dominio de sus palabras. Sus pocas apariciones en público desde el 1 de enero, día en que estalló la sublevación chiapaneca, lo fueron con el rostro desencajado. De hecho, el Gobierno mexicano fue el gran sorprendido por el levantamiento armado de los zapatistas que dirige el todavía anónimo Comandate Marcos, por que no se podía imaginar la capacidad de desestabilización que podían llegar a crear."Este no es un alzamiento indígena, sino la acción de un grupo violento, armado en contra de la tranquilidad de las comunidades, de la paz pública y las instituciones de Gobierno", dijo el presidente mexicano en su discurso al país. "La violencia no genera más libertad ni más democracia, sino odio y cerrazón política", añadió.

Sin embargo, como anunció días pasados el premio. Nobel Octavio Paz, "a partir de ahora todo será diferente en México".

A Salinas, el presidente que apostó por la modernización, le han asestado un duro golpe, y la verdad es que no se sabe aún desde donde. Lo mismo ocurre con el prestigio ganado por este Gobierno con el Tratado de Libre Comercio (TLC) y toda la serenidad que mantuvo para contener a los detractores del acuerdo, que veían en México un país sin méritos para ser socio de EE UU y Canadá.

El golpe lo ha recibido Salinas en el momento en que coronaba su gestión política, dejando al TLC como patrón de futuro para el desarrollo económico del país y situando como candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a un hombre como Luis Donaldo Colosio, que representa la continuidad.

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Los observadores políticos estiman que las elecciones, previstas para el mes de agosto, serán las que en última instancia reflejen las consecuencias de estos sucesos, que no supieron o no quisieron en su momento descubrir a tiempo los servicios secretos mexicanos y que ahora el Ejército los quiere liquidar por la vía rápida aplicando el tiro en la nuca a cada guerrillero que encuentra.

Enemigos interiores

Se ha hablado de que tras los zapatistas hay una mano extranjera, pero nadie descarta que también estén tras esta operación algunos de los muchos enemigos que Salinas se ha ido ganando en estos últimos cinco años de transformaciones en el país.

En su intervención televisada, Salinas reconoció que el Estado de Chiapas era una asignatura pendiente, no sólo de su Gobierno sino de muchos otros anteriores, pero recalcó que una situación precaria como la que se vive allí no se puede corregir con la violencia, puesto que existen otras experiencias que han demostrado que al final el resultado es de destrucción y retroceso.

Salinas calificó esta insurgencia guerrillera "como una acción contra el interés nacional que pretende minar el prestigio del país", y advirtió que detrás de esa gente armada se encuentran "profesionales de la violencia, nacionales y un grupo extranjero", revelación esta última sobre la que no aportó más detalles. Pero todo indica que se refería a individuos que han combatido en Guatemala y que mantienen conexiones con organizaciones de solidaridad con los indígenas financiadas desde países desarrollados.

El presidente mexicano aprovechó su discurso televisado para defender la intervención del Ejército en Chiapas, que ha sido muy cuestionada porque se entiende que ha cometido grandes abusos, como la aplicación de la ley de fugas y la ejecución sumaria contra los rebeldes que llegaban a tener a su alcance.

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