_
_
_
_
_
Entrevista:

"Todos llevamos un tirano dentro"

El actor Gian Maria Volonté ultima en Madrid la película 'Tirano Banderas'

Elsa Fernández-Santos

El actor italiano Gian Maria Volonté no conocía a Valle-Inclán hasta que un día se presentó en su casa de las afueras de Roma el cineasta español José Luis García Sánchez. El director le dejó sobre la mesa un guión basado en Tirano Banderas, una novela considerada básica en la narrativa castellana contemporánea tanto en España como en América y que retrata a la manera esperpéntica de Valle Inclán a un dictador latinoamericano.El actor, considerado junto a Vittorio Gassman uno de los más importantes intérpretes de Italia, preparó un arroz con atún para comer y se reservó su respuesta al director español. Meses después, aceptó un proyecto en el que ha estado trabajando durante los últimos dos años. "En este tiempo, José Luis García Sánchez me ha hecho conocer a un escritor fundamental, un autor que me ha dado nuevas claves para entender nuestro siglo XX. En él he visto a Pirandello, el teatro del absurdo, el futurismo, el expresionismo, Botero, el teatro popular... todo", dice rotundo el actor, de 65 años, que habla muy bajito, no se sabe si por timidez o cansancio.

"Para este papel ha sido más importante la preparación que el rodaje en sí. Es lo normal cuando se trata de un personaje de la literatura clásica", afirma Volonté. "No es difícil entender el proceso de un tirano porque todos llevamos uno dentro, aunque sea un pequeño tirano", continúa el actor, que añade: "Un padre puede ser Tirano Banderas con su hijo, como un hijo puede serlo con su padre. El tirano es la expresión máxima del individualismo". Volonté asegura que no ha utilizado como referencia la imagen de ningún dictador conocido, ni de ahora ni de nunca. Sólo una escultura en forma de patata ha inspirado su caracterización física. "Volonté vio la patata en su casa, le puso gafas y dijo: 'Tengo que parecerme a esto'. Y se parece", señala García Sánchez."Los actores trabajamos con la síntesis, no con personas determinadas". El actor, que en 1979 interpretó a Aldo Moro en El caso Moro, de Glorgio Ferrara, y en 1973 al gánster Lucky Luciano en Lucky Luciano, de Franco Rosi, está ahora en Madrid para doblar la película, rodada durante ocho semanas en Cuba y que cuenta con productores de cinco países diferentes: Portugal, Italia, Cuba, México y España.

Volonté, ex comunista, no quiere hablar ni de Fidel Castro ni de política italiana. El actor, diputado por el Partido Democrático de la Izquierda (PDS), dice finalmente sobre Cuba, parafraseando a Valle Inclán: "Los héroes clásicos, cuando su imagen se refleja en un espejo cóncavo, se convierten en esperpentos". "Todos los procesos revolucionarios son cíclicos, se repiten a sí mismos. La tiranía empieza con un proceso revolucionario para terminar con el poder de otro tirano".El actor, que en 1980 fue operado de un cáncer de pulmón, pregunta a los que le rodean que si molesta que fume. Tiene el pelo blanco y rizado, la nariz grande y los ojos muy verdes bajo unas cejas muy negras. "No hubiera hecho esta película sin este actor", dice García Sánchez. "Necesitaba un actor autónomo, capaz de crear él mismo al personaje y con el que yo sintiera una gran complicidad". Y concluye García Sánchez: "Quizá lo que yo también he descubierto con esta película es que hasta con el personaje más terrible uno tiene algo común".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_