La corrupción acaba con los ministros italianos de Finanzas y Sanidad
La crisis política provocada por la corrupción que corroe al sistema italiano ofrece cada día nuevas sorpresas y, como en un dominó, los ministros caen uno tras otro sin dar respiro. Ayer fue el turno del democristiano Giovanni Goria, responsable de Finanzas -cuya dimisión nadie esperaba y al que se relaciona con la quiebra hace 16 años de una pequeña caja de ahorros-, y del liberal Francesco de Lorenzo, titular de Sanidad, cuya salida se exigía a gritos por su implicación en un escándalo de compraventa de votos.La continuidad del traumatizado Gobierno de Giuliano Amato estaba anoche más en el aire que en ningún momento de sus turbulentos ocho meses de existencia. El primer ministro manifestó a lo largo del día su voluntad de resistir, sustituir a los dimisionarios y ganar tiempo con una ley del perdón que elimine a los corruptos de la vida política.
De Lorenzo, que se negaba a dimitir por un caso de compra de votos a favor del Partido Liberal, se vio obligado a hacerlo después de que ayer mismo se detuviera a su padre, de 88 anos, en relación con el cobro de una comisión ilegal de 150 millones en la compraventa de un inmueble.
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