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Indulto

Rosa Montero

Izquierda Unida ha pedido el indulto para el ginecólogo Sáenz de Santamaría, condenado a siete años por un delito de aborto. La sentencia del Supremo que ratificó hace quince días la condena explicaba, con fino encaje de bolillos, que la mujer que abortó "no se encontraba afectada psíquicamente en forma alguna", como había diagnosticado el ginecólogo, sino que sólo tenía "el malestar, el miedo y la preocupación" de un embarazo no querido. Con la próxima reforma del Código Penal, que incluiría el aborto "por angustia", el principal delito por el que ahora han crujido a Santamaría dejará de ser delito. 0 sea, dejará de serlo técnicamente, porque parece claro que, a la luz de la racionalidad y de la compasión, el crimen de Santamaría nunca ha sido tal.Para criminales y dañinos, todas esas hordas de corruptos, de gánsteres que montan y desmontan rutilantes imperios, de canallas finísimos: esperando estoy pacientemente que algún día se condene a estos prohombres a siete años de cárcel (o a cinco, o incluso a tres, que una no es codiciosa); pero se ve que la justicia a veces escribe, como la Providencia, con renglones torcidos. Que el Supremo haya confirmado una condena tan enorme para el delito de Santamaría me deja estupefacta. Dicho sea con todos los respetos y genuflexiones de rigor, cabría pensar que la tal sentencia proviene de la negrura del espacio exterior: o sea, que me parece marciana, francamente. Oí decir a Santamaría por la radio que no pensaba acogerse a un perdón miserable y que se metieran el indulto por semejante sitio. Entiendo su indignación: que te perdonen por'algo que tú crees que es tu deber y tu derecho debe de dejarte el hígado hecho cisco. Pero son siete años de cárcel, nada menos que siete: por pura sensatez democrática habría que indultarle aun a pesar de él mismo.

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