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LA MAESTRANZA

Joaquín Díaz decepciona y Chiquilín sufre una lesión grave

Tres bravos novillos, de los cinco que mató Joaquín Díaz, se fueron con las orejas puestas al desolladero, cuando si hubiera confirmado la excelente impresión que causó en su anterior actuación, hubiera salido por la puerta del Príncipe. Desgraciadamente no fue así, y la cotización de este novillero, en quien la afición sevillana había puesto todas sus esperanzas, cayó estrepitosamente. Es cierto que el compromiso era fuerte y en el ánimo del novillero de Utrera pesó la responsabilidad de la plaza y el haberse quedado como único espada por percance de Chiquilín. Pero, precisamente, la asunción de esas responsabilidades es lo que distingue a los elegidos.Ratificó en algunos pasajes de sus faenas, especialmente en el cuarto, su buen gusto, destacando los naturales, los pases de pecho citando de frente, trincherazos y ayudados, pero le faltó continuidad. Cortó las tandas, como si anduviera agobiado en la cara del novillo. Su toreo fue desigual, con enganchones.

Jandilla / Díaz, Chiquilín; Vargas

Novillos de Jandilla, bien presentados y bravos, excepto 5º y 6º mansurrones.Joaquín Díaz: pinchazo y estocada caída (ovación); pinchazo, estocada tendida y descabello (ovación); dos pinchazos (ovación); media y descabello (ovación); estocada (ovación). Chiquilín: tres pinchazos y estocada (ovación). Pasó a la enfermería, lesionado de gravedad en un ojo. Un toro para rejoneo de Jandilla, mansurrón. Antonio Ignacio Vargas: ovación. La Condesa de Barcelona presenció la corrida desde el palco del Príncipe. Plaza de La Maestranza, 13 de octubre. Corrida de la Cruz Roja. Media entrada.

Chiquilín también desaprovechó las buenas cualidades del único novillo que mató. Le ahogó la embestida y los muletazos fueron de corta trayectoria. Al entrar a matar resultó alcanzado en un ojo, probablemente con una banderilla. Sufre herida en el párpado superior del ojo derecho, con desgarro en ángulo interno y contusión globoocular.

Antonio I. Vargas colocó los tres rejones iniciales en el espacio de un duro. Cabalgó templando las embestidas pero no estuvo acertado con las banderillas.

Muchos aficionados cordobeses que habían acudido a ver a Chiquilín se mesaban los cabellos por la mala suerte de su ídolo. Los de Utrera, también numerosos, salían cabizbajos.

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