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LA MAESTRANZA

Calés atípicos

Los novilleros gitanos que actuaron el domingo en Sevilla no parecían, desde luego, por sus hechuras, legítimos camborios. Ni por la estética, ni por la ausencia de fatalismo, ni por las excentricidades,, se parecían a los de su raza, a los gitanos que en la historia del toreo antepusieron el arte, el sentimiento y la fantasía, a la técnica. Por no ser, no eran ni medrosos, que fue otra característica típica de un Cagancho o del mismo Rafael Albaicín, tío-abuelo de dos de estos novilleros.¿Qué vergüenza no hubiera sentido Rafael El Gallo si ve a uno de los de su raza salir a saludar al tercio con la toalla en la mano, en vez de con el capote, como hizo Ramón Escudero?. Él, que era la elegancia personificada.

Campos / Escudero, Félix, Albaicín

Novillos de Campos Peña, discretos de presencia y desigual juego.Ramón Escudero: silencio en ambos. Juan de Félix: ovación en ambos. Ramón Albaicín, de Benidorm, nuevo en esta plaza: silencio en ambos. Plaza de la Maestranza, 15 de septiembre. Un tercio de entrada.

Lo único excéntrico que hubo en la plaza no correspondió a los toreros gitanos sino a la autoridad, que permitió celebrar el festejo, con solamente dos cuadrillas de banderilleros, con clara infracción del artículo 105 del reglamento. Si hubiera ocurrido en una novillada pueblerina, podría correrse un tupido velo; pero, en La Maestranza, es inadmisible.

Tampoco es que en la tema calé la técnica superara al arte, pues de aquella, por ejemplo, estaba ayuno el debutante Ramón Albaicín, que no supo qué hacer con sus dos novillos. Algo más placeado está Ramón Escudero, que no consiguió centrarse con su noble primero, aunque le dio algunos, muletazos aislados de calidad. El cuarto era bronco y con peligro, y lo mejor que hizo el alicantino fue abreviar y matarlo de media lagartijera, de efecto fulminante.

Juan de Félix tuvo en primer lugar un bravo y noble enemigo al que intentó torear con más compostura que mando. En el quinto de la tarde, manejable, tampoco se centró con él y lo único estimable fueron los doblones iniciales.

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