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LA NUEVA U.R.S.S.

Acusan al PCUS de transferir dinero al extranjero la vispera del golpe de Estado

Pilar Bonet

Los vencedores de la revolución de agosto, que se aglutinaron en torno a la dirección de Rusia, sufren ya sus primeros conflictos internos en el vulnerable terreno de la economía, mientras los vencidos, el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), deberán dar cuenta su gestión en este campo, concretamente cuantiosas transferencias al extranjero realizadas en vísperas del golpe de Estado, según informaba ayer el diario Komsomólskaya Pravda. El mismo diario afirma que en las cuentas secretas en el exterior, el PCUS dispone de 12.000 millones de dólares.

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La clase empresarial rusa, que ha emergido gracias a las parcelas de actividad privada legalizadas hasta ahora, dio su apoyo moral y financiero a la causa rusa frente a los golpistas. Sin embargo, pocos días después del golpe se enfrentó con el Gobierno ruso, por dos temas que siguen sin solucionarse.El primero de ellos fue el encarcelamiento el pasado 20 de agosto en la ciudad de Cheliabinsk (en los Urales) del empresario Edvard Teniakov, dírigente de la Bolsa moscovita y soviética, que además era asesor del Sóviet Supremo de Rusia.

La detención de Teniakov, sospechoso de aceptar sobornos, ha movilizado a la clase empresarial rusa, que se ha manifestado frente a la Casa Blanca pidiendo la libertad de su colega. Los empresarios profirieron gritos en contra del jefe del Gobierno, Iván Silálev, quien les impidió fletar dos aviones y trasladarse en comitiva a Cheliabinsk para apoyar a Teniakov.

Indisposición empresarial

Este decreto, firmado por Boris Yeltsin el 28 de agosto, ha motivado airadas protestas, entre ellas las de la Convención de Empresarios Moscovitas, que amenazan con un boicoteo económico a la capital."La actividad empresarial", escribía el diario Izvestia, "se considera marginada de los frutos de la victoria, a los cuales contribuyó de forma importante". Esta situación obligó al primer ministro ruso a reunirse con los empresarios el pasado viernes.

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Por otra parte, citando fuentes bancarias que habían tenido acceso a información confidencial, el diario Komsomólskaya Pravda afirmaba ayer que el PCUS y el Banco Estatal soviético (el Gosbank) estaban involucrados en cuatro operaciones de transferencia de divisas al extranjero. Estas transferencias tenían por fin la conversión de 280.000 millones de rublos en dólares, que en parte fueron a parar, al parecer, a cuentas secretas fuera de la URSS. Según Komsomólskaya Pravda, en estas cuentas hay hoy 12.000 millones de dólares.

Las transacciones se realizaron, según esta información, en diciembre de 1990, en enero y mayo de 1991 y, por último, en agosto. El periódico cita al representante de una empresa extranjera que aseguraba haber recibido en vísperas del golpe una oferta para que aceptase cambiar dinero del PCUS en el Banco Estatal soviético. El empresario, cuyo nombre no se daba, mantuvo conversaciones con el mismo presidente del Banco Estatal (hoy destituido) Víktor Gerashchenko. Las finanzas del PCUS estaban a cargo de Nikolái Krushina, el jefe del Departamento deGestión que se suicidó tras el Golpe de Estado.

En la habitación desde la cual se tiró por la ventana, este funcionario dejó documentos sobre el presupuesto en divisas de la URSS en cada república soviética y sobre la institucionalización de un sistema de testaferros. Una parte de estos testaferros dirigían estructuras comerciales y, entre sus obligaciones para con el departamento de Gestión del PCUS figuraba, según el periódico, la transferencia de los beneficios a las cuentas de las organizaciones del Partido que no podían subsistir con las cuotas de los militantes.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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