El escultor Frederic Marès muere en Barcelona a los 97 años
El escultor y coleccionista catalán Frederic Marès i Deulovol murió en la madrugada de ayer en Barcelona a los 97 años. La capilla ardiente del escultor fue instalada ayer por la tarde en el estudio que tenía en el museo que lleva su nombre en Barcelona y esta mañana se instalará otra capilla ardiente en el salón Sant Jordi del palacio de la Generalitat. El funeral por Marès se celebrará esta mañana a las 11.30 horas.Frederic Marès nació el 18 de septiembre de 1893 en Portbou (Gerona) y a lo largo de su vida compaginó su vocación de escultor con la afición al coleccionismo, heredada de su padre, que le llevó en 1946 a fundar el museo barcelonés que lleva su nombre y que reúne desde esculturas griegas a imágenes religiosas, pasando por colecciones de abanicos o cajas de cerillas. Su dedicación al museo era en los últimos anos casi exclusiva.
El gran número de obras de arte y objetos acumulados por el escultor a lo largo de su vida sobrepasó con creces la capacidad del museo que él mismo había creado. Por este motivo, colaboró en la creación de otros museos, como el de encajes de Arenys de Mar, el museo de Sant Marçal, en Montblac, de pintura y escultura religiosa de los siglos XIII al XIX. También donó su colección de armas al Museo Militar de Montjuic y numerosas esculturas medievales y renacentistas al Museo de I'Empordà de Figueres. Marès donó también a la ciudad de Barcelona su importante colección bibliográfica, que incluye 80 incunables.
Escultor oficial
Frederie Marès se formó en la Llotja de Barcelona con Eusebi Arnau y entre 1912 y 1913 viajó, becado, a París, Roma, Florencia y Bruselas. Orientada su vocación de escultor desde sus inicios hacia la estatuarla oficial -se inició, siendo soldado, al ganar un concurso para realizar un monumento a un héroe de la guerra de África-, Marès es autor de numerosas obras, todas ellas de estilo clasicista, instaladas en plazas y edificios barceloneses. Entre ellas destaca el monumento de Francesc Layret (1933), el de la Victoria (1939) y el del pintor Francesc Soler i Rovirosa, que era uno de sus preferidos. También destaca su monumento a Salvador Brau (1974), en Puerto Rico. Restauró asimismo las tumbas reales del monastrio de Poblet (1946).Marès fue desde 1914 profesor en la Llotja de Barcelona y en 1943 pasó a ser catedrático y entre 1946 y 1964 fue su director. Fue también presidente de la Academia de Bellas Artes de Sant Jordi desde 1960, de la Academia del Far de Sant Cristòfol, del Institut d'Estudis Empordanesos y académico de Sant Fernando. Obtuvo también numerosas distinciones oficiales. Ha publicado una monografía sobre las tumbas reales de Poblet (1952), la recopilación Dos siglos de enseñanzas artísticas en el Principado (1964) y Port de la Selva. Notas históricas (1972), entre otros libros.
