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Pinturería.

La pinturería es al toreo como el aliño al guiso. El guiso sin aliño sólo es admisible por prescripción facultativa. El aliño sin guiso es la cualida. La pinturería en el toreo s una cualidad muy estimablero, si va acompañada de la en un día - ¿Y qué es la enjundia? es, además de parar, templar y andar, pasarse los toros por la barriga, cargar la suerte, embraguetarse...Aparicio hizo a su pnimero una faena variada y pinturera, con exulsita plasticidad, pero le faltó la njundia del guiso. Y Aparicio abe torear con enjundia, pero ambién sabe -por su pinturería- subyugar al espectador sin asarse el toro por la faja. ¡Dicho él que tiene esos poderes ocultos!

Entre los naturales desmayados los redondos embarcando n el pico, las trincherillas y un garboso toreo por la cara consiguió llenar La Malagueta de panuelos pidiendo la oreja. En el quinto, que era mansurrón anduvo precavido con la mano derecha y no lo probó ni siquiera con la izquierda. Entró a matar siempre echándose fuera.

Puerta / Romero, Aparicio, Finito

Cuatro toros de Diego Puerta y dos de Puerta Hermanos, de aceptable presentación, mansurrones, excepto el segundo, bravo y noble. Curro Romero: media y descabello (palmas); media en los bajos descabello (pitos). Julio Aparicio: estocada caída perdiendo la muleta (oreja); estocada caída (ovación). Finito de Córdoba: media desprendida y descabello (ovación); estoconazo (oreja).Plaza de La Malagueta, 15 de agosto. Sexta corrida de feria. Casi lleno.

Elegancia sobria

Finito de Córdoba más que pinturero es elegante, de una elegancia sobria. Más que de aliño del guiso habría que hablar de aderezo. En la faena de Finito hubo algo de enjundia: dos series con la derecha al sexto, pero también hubo sólo aderezo en la siguiente tanda con el pico de la muleta. Después, el toro se acabó y a base de hacerle el péndulo sin que el animal se moviera y tirarlo patas arriba de una gran estocada, acabó de aderezar la oreja que el público pidió mayoritariamente.Curro Romero sí toreó con enjundia en cinco espléndidas verónicas rematadas con media en el platillo. A los dos toros los sacó a los rriedios con la muleta, pero al primero se le acabó el gas del esfuerzo de ir tan lejos, y apenas pudo sacarle algún muletazo. En el cuarto, el que notó el esfuerzo de salir al centro fue Curro, y no se confió en ningún momento. A ambos los mató con su habilidad y prontitud proverbiales. La gran ventaja cuando torea Curro es lo prontito que salimos de la plaza.

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