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Portugal teme la 'españolización' de la primera cumbre iberoamericana

La primera cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los 21 países americanos y europeos de habla hispana y portuguesa concluirá el próximo viernes en Guadalajara (México) con una solemne declaración que selle la creación de una Comunidad Iberoamericana de Naciones si Portugal acepta, por fin, esta fórmula a la que hasta ahora se ha opuesto contra los otros 20 participantes incluido Brasil, según indican fuentes diplomáticas.

En las últimas reuniones preparatorias, el coordinador portugués hizo valer que el término "iberoamericano" tenía una connotación demasiado española, casi similar a "hispanoamericano", y puso como ejemplo ilustrativo el nombre de la compañía aérea de bandera española, Iberia. Propuso una fórmula alternativa que incluía la palabra "lusa".En círculos allegados a la reunión se espera que la delegación portuguesa en las dos últimas reuniones preparatorias, el miércoles y el jueves, dé su brazo a torcer y acabe por aceptar que figure en la declaración un término que queda también recogido en la denominación oficial de la cumbre.

El rechazo a la expresión Comunidad Iberoamericana se atribuye al primer ministro luso, Anibal Cavaco Silva -no al presidente Mario Soares- que, para no quedarse marginado, se ha dejado arrastrar a una cita que reviste escaso interés para la política exterior portuguesa.

La declaración final consensuada recogerá aspiraciones comunes en torno a la proyección de Iberoamérica ante el nuevo orden internacional y los desafios que presentará el tercer milenio. A la segunda cumbre, que se desarrollará en Madrid en julio de 1992, seguirá una tercera a celebrar en Brasil y una cuarta probablemente en Portugal.

La celebración en Guadalajara los próximos días 18 y 19 de la cumbre fundacional dejefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos supone de entrada un hecho histórico sin precedentes puesto que México, país anfitrión, tiene garantizada ya la presencia de los 24 mandatarios de 21 países convocados, incluido el presidente del Consejo de Estado cubano, Fidel Castro, que se perfila como la estrella de la reunión.

La diplomacia mexicana ha diseñado con especial exquisitez este encuentro. Hay un anfitrión, el presidente Carlos Salinas de Gortari, pero todos los mandatarios gozarán de un mismo tiempo para sus intervenciones: siete minutos y uno más de cortesía. El tiempo concedido a España se lo repartirán entre el rey Juan Carlos y el presidente Felipe González. El monarca se sentará a la derecha del presidente mexicano por ser el jefe del Estado que albergará la cumbre de 1992.

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La incógnita cubana

Los siete minutos que corresponderán a Castro son esperados con inusitada expectación. El canciller mexicano, Fernando Solana, ha dejado claro que se evitará cualquier intromisión en los asuntos internos de Cuba. "Son", dijo, "los pueblós los que, legítima y soberanamente, deben buscar la mejor manera de que se les gobierne". Y precisó: "Ni un país determinado ni un organismo multilateral deben fijar las reglas que constituyan el sistema político de cada Estado"Desde el encuentro que sostuvieron a principios de junio en La Habana el embajador mexicano Alfredo del Mazo, coordinador de la cumbre, y Fidel Castro, México no ha dejado de tender puentes al régimen cubano para facilitarle la integración. Las propias declaraciones de Solana aludiendo a la no injerencia de México o a la suavidad con que la prensa de este país trata los asuntos internos cubanos constituyen una prueba de ello. En similar actitud está España, que ha incluido a Castro en la relación de mandatarios que se entrevistarán a solas y por separado con el rey Juan Carlos, al que conocerá en esa ocasión, y con Felipe González. Hasta ayer el presidente español tenía pedidas 11 entrevistas por parte de mandatarios latinoamericanos y el Rey 9.

Washington espera, en cambio, que la cita en la capital del Estado de Jalisco sea una oportunidad para presionar a Castro. Un portavoz oficial de la Casa Blanca ha saludado, "con ánimo cooperativo", la celebración de esta cumbre, si bien ha matizado que si la reunión de Guadalajara sirve también para "presionar al régimen de Cuba hacia cambios internos será aún más productiva". El portavoz añadió: "Cuba es el único país del continente que se mantiene sin cambiar su economía y su política y eso es vergonzoso. Es muy importante que el prestigio de los participantes en la cumbre pueda llamar la atención de La Habana".

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