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Los comunistas hacen la corte a la primera ministra francesa Edith Cresson

Todas las encuestas de opinión coinciden y Georges Marchais lo sabe: las próximas elecciones legislativas serán mortales de necesidad para el Partido Comunista Francés (PCF). El PCF, que llegó a ser la principal formación política de Francia, obtendrá muchos menos votos que el ultraderechista Frente Nacional. Quizá no llegue a formar un grupo parlamentario propio. Esa perspectiva ha llevado a Marchais y los suyos a hacer la corte a Edith Cresson.

El pasado lunes, los comunistas anunciaron que no apoyarán ninguna moción de censura contra el Gobierno Cresson. Esa benévola neutralidad permitirá a la primera ministra sobrevivir en un Parlamento donde los socialistas no tienen la mayoría absoluta. Después, en la tarde del miércoles, los comunistas anunciaron una próxima reunión entre su líder, Marchais, y Pierre Mauroy, secretario general del Partido Socialista francés (PS).Para justificar su actitud, los dirigentes del PCF citan unas declaraciones efectuadas por Cresson en las que la primera ministra recordó con simpatía el periodo en que los dos grandes partidos de la izquierda francesa gobernaron juntos.

Por el momento, esa declaración de Cresson, al igual que sus promesas de realizar un giro a la izquierda en materia social y económica, no han tenido consecuencias prácticas. No obstante, han permitido a los comunistas volver a interpretar la vieja música del programa común y la unión de izquierda.

No hay ninguna convicción en la nueva actitud comunista; sólo el deseo de evitar unas elecciones anticipadas.

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