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Argentina quiere dejar de ser un país no alineado

FRANCESC RELEA El ministro argentino de Asuntos Exteriores, Guido di Tella, manifestó ayer a su paso por Madrid que en la nueva situación internacional, en la que "se ha desarmado el conflicto Este-Oeste", el Movimiento de los No Alineados "no tiene ningún sentido, ni para nosotros ni para nadie". En opinión del canciller, "la no alineación ha perdido, incluso, su sentido semántico", por lo que los dirigentes argentinos quieren distanciarse del movimiento, que durante décadas ha luchado por la neutralidad de los países en vías de desarrollo, y alinearse junto al bloque occidental capitaneado por EE UU.

"Estamos viviendo el final de la posguerra. Hay que replantearse las cosas, y Argentina quiere que el Movimiento de los No Alineados haga lo propio", dice Guido José Mario di Tella, de 59 años, que desde febrero de 1991 ocupa la cartera de Asuntos Exteriores de Argentina. En su breve visita a España, el ministro fue recibido ayer por el presidente Felipe González y por su homólogo, Francisco Fernández Ordóñez."Argentina ha practicado durante décadas una política de aislacionismo", explica Di Tella. Como prueba reciente de su voluntad "de reincorporarse al mundo", el Gobierno argentino decidió participar en la guerra del Golfo -el único país latinoamericano que lo hizo- con el envío de dos fragatas, un avión Hércules y 450 soldados profesionales junto a las fuerzas de la coalición multinacional, "en una aportación simbólica,'.

La política de pleno alineamiento con Estados Unidos tuvo otro exponente reciente en el voto contra Cuba emitido por Argentina en la ONU, en contra de la actitud del Grupo de Río, por supuesta violación de los derechos humanos. "Nosotros pensamos que cuando un Gobierno está acusado y bajo sospecha de violar los derechos humanos, no basta con presentarle una simple pregunta a dicho Gobierno. Debe consultarse también a los organismos no gubernamentales. La picana [método de tortura] es igual en un país socialista, capitalista o comunista. No tiene nacionalidad", afirma. Y añade: "Creernos que un cambio político en Cuba sería muy conveniente". A cambio de su alianza con Washington, Argentina espera obtener "lo mismo que han pretendido los países europeos que han aceptado y mantenido relaciones muy cordiales con EE UU. Es decir, unas relaciones basadas en la credibilidad y la confianza".

Al referirse al problema del narcotráfico y a las sospechas vertidas contra familiares del presidente argentino, Carlos Menem, por la justicia española, Di Tella asegura: "El presidente ha dicho que nadie tiene patente de corso y que caerá quien tenga que caer, aunque en algunos casos sea doloroso". Insiste, sin embargo, en que "no se deben hacer presunciones. Aquí va a caer quien tenga que caer". Incluso en el caso de que se tratase de un familiar del presidente? "Caiga quien caiga quiere decir caiga quien caiga. Pero quien tiene la función de hacer caer a quien tenga que caer es la Justicia y no el periodismo. Este podrá señalar problemas, pero las condenas la,,, dicta la justicia". "La corrupción en Argentina es un tema muy serio, como conseEl Parlamento salvadoreño aprobó ayer varias reformas de la Constitución, de acuerdo con lo pactado en México con la guerri,lla del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN). Los guerrilleros criticaron inmediatamente, sin embargo, algunas de las decisiones de la cámara legislativa, por consecuencia de décadas de intervención económica estatal de proporciones desmesuradas, lo que generó un clima de especulación a gran escala". El canciller argentino apunta que "cuando un Estado está diseñado para dar favores a diestro y siniestro, como lo ha estado Argentina durante décadas, es inevitable que en la Administración pública se genere corrupción. Investigaremos todos los temas, desde el contrabando al narcotráfico".

El problema militar

El titular de Exteriores, que durante menos de un mes ocupó la cartera de Defensa, opina que los indultos a los militares implicados en la guerra sucia "han puesto punto final al problema militar".

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Confiesa que "se cometió un gravísimo error en la manera de combatir la subversión en Argentina. Hemos tenido que dar vuelta, dolorosamente, a esta página de la historia". Cuando se le recuerda cómo las víctimas de la represión pueden comprender el indulto de sus verdugos, Di Tella enfatiza: %Qué han hecho otros países de América Latina que padecieron el mismo problema? Brasil, Uruguay, Chile ... ".

El mayor optimismo aparece en la expresión de Di Tella cuando se habla de la deuda externa. "Hemos pasado de una deuda de 140.000 millones de dólares a 60.000 millones. Dentro de la política de privatizaciones, hemos decidido aceptar la fórmula de pago de deuda a cambio de inversión. En dos privatizaciones -telecomunicaciones y líneas aéreas- hemos reducido en 7.000 millones de dólares la deuda privada, que supone un 15%. A finales de año podremos abordar una solución global al problema de la deuda".

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