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El filme de una realizadora soviética gana el Festival de Locarno

Más de 110.000 personas asistieron al certamen durante 10 días

La 43ª edición del Festival de Cine de Locarno (Suiza) otorgó su máxima distinción, el Leopardo de Oro, a un filme soviético, Vals accidental, segundo largometraje de Svetlana Proskurina. Uno norteamericano, Metropolitan, de Whit Stillman, y uno británico, The reflecting skin, de Philip Ridley, compartieron el segundo premio. El actor italiano Gian Maria Volonté obtuvo un premio especial por el conjunto de su obra.

Ningún jurado es capaz de contentar a todo el mundo, y el de la presente edición del festival suizo no fue ninguna excepción. A tenor de las películas vistas, se puede afirmar que, al menos, los miembros del jurado internacional, entre los cuales figuraban los directores Nanni Moretti, Mrinal Sen y Alexandr Sojurov, y el crítico Michel Ciment, fueron sensibles a dos de las líneas maestras propuestas por la selección del festival: una, la incierta búsqueda de nuevos mecanismos narrativos, siempre desde la perspectiva del cine de autor. La otra, el reflejo de un mundo violento, obsesivamente marcado por la sangre, la destrucción y el asesinato.En este sentido, Vals accidental se apunta decididamente a la primera, aunque sin duda la concesión del Leopardo de Oro resulte a todas luces abusiva. Se trata de un filme pesimista, que muestra la vida cotidiana de una pequeña ciudad a orillas del Volga, centrada sobre todo en las peripecias de una mujer madura y desengañada, y de un entorno que, como las ondas del agua en un estanque, se va haciendo más amplio y también más distante. La desorientación y la incertidumbre frente al futuro ha sido la nota dominante entre la, por otra parte, abundante representación del Este en la sección Competitiva.

La violencia cotidiana está presente, en cierto modo, en otras películas consideradas en el palmarés del jurado. Por una parte, la húngara Szürkület (Crepúsculo) de György Fehér, que obtuvo una mención para su sólida fotografía en blanco y negro, habla de un asesino de niñas a partir de una novela de Friederich Dürrenmatt que ya inspirara, hace más de 30 años, una versión española de Ladislao Vajda. The reflecting skin, que obtuvo además el Premio de la Crítica y una ayuda suplementaria para su distribución en Suiza, muestra el entorno opresivo y surrealista de un niño, en los cincuenta, y en qué forma la violencia -la muerte y sus premoniciones- se apodera brutalmente de su vida.

Reise der Hoffnung, del suizo Xavier Koller, que obtuvo el tercer premio, es una dura, denuncia del falso paraíso que, en el fondo, es Suiza para los extranjeros. Centrada en la peripecia de una familia turca que pretende instalarse en la "tierra prometida", el filme contiene momentos de gran cine.

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